Un curso de milagros UCDM

A un curso de milagros le han llamado “psicoterapia espiritual”; sin embargo, en él mismo se establece…“que su objetivo es tu felicidad y tu paz.” (T- 13.II.7:1, p. 267). En él distinguimos entre el ser perfecto que Dios creó y la fabricación del ser ficticio que hoy llamamos “yo”. Esta distinción es la piedra angular necesaria en el abandono de las conductas destructivas y debilitantes que tienen base en el miedo, la falta de perdón y la culpa; y provienen de nuestro sentido de aislamiento, separación, devalorización y vulnerabilidad. En contraposición al enfocar nuestros pensamientos hacia la verdadera identidad se encausa con propósito nuestra vida como la conocemos en este plano, guiada por el Maestro Interno o Espíritu Santo; resultando en un camino de perdón y extensión de amor. Estos dos últimos dan como expresión natural, los milagros. Como un diamante, la labor del des-hacimiento del ego se convierte en el refinado trabajo de pulir las aristas para extraer de él la joya que realmente somos.



Un Curso de Milagros también enfatiza que es una de las muchas versiones del programa universal de estudios para la paz interior. Aún cuando el lenguaje del Curso se refiere a la Cristiandad tradicional, expresa una espiritualidad no sectaria o religiosa. Por lo anterior, Un Curso de Milagros es una enseñanza universal espiritual y no una religión.

Consta de  tres volúmenes: Texto, Libro de Ejercicios y Manual del Maestro, enseña que el camino hacia la paz y el amor universal o recuerdo de Dios, es por medio de deshacer la culpa a través del perdón.

Texto: presenta la teoría del curso en la cual se subraya frecuentemente la experiencia del perdón como herramienta esencial en el camino hacia la paz y el amor incondicional.

Libro de ejercicios: Este consta de 365 lecciones, con un ejercicio para cada día del año, lo cual resulta en un programa de entrenamiento de un año como mínimo. Este programa comienza el proceso de cambiar la mente y la percepción del alumno, aunque no se pretende que el aprendizaje finalice con la última lección, más bien, comenzará a estar dirigida por el Maestro Interno hasta su retorno al Padre.

Manual del Maestro: se encuentra escrito en forma de preguntas y respuestas y provee respuesta a algunas de las más frecuentes que un alumno puede preguntar. Clarifica también términos, explicándolos en el marco teórico del Texto y su aplicación práctica en el Libro de Ejercicios.

El curso fue canalizado por la Dra. Helen Schucman a través de un proceso de dictado interno que ella identifica como proveniente de Jesús. Una psicóloga clínica e investigadora; así como, profesora asociada de psicología clínica, fue asistida por el Dr. William Thetford, su jefe de departamento, quien era también un profesor de psicología clínica de la Universidad de Columbia en la facultad de Medicina y Cirugía en Nueva York.

Publicado inicialmente en 1975, el año en que cede sus derechos a la Fundación para la paz interior. Actualmente, ha sido traducido a varios idiomas y es impartido en sendos países en todo el mundo.

Finalmente, en la introducción del mismo libro se lee la siguiente descripción:

Éste es un curso de milagros. Es un curso obligatorio. Sólo el momento en que decides tomarlo es voluntario. Tener libre albedrío no quiere decir que tú mismo puedas establecer el plan de estudios. Significa únicamente que puedes elegir lo que quieres aprender en cualquier momento dado. Este curso no pretende enseñar el significado del amor, pues eso está más allá de lo que se puede enseñar. Pretende, no obstante, despejar los obstáculos que impiden experimentar la presencia del amor, el cual es tu herencia natural. Lo opuesto al amor es el miedo, pero aquello que todo lo abarca no puede tener opuestos.

El curso puede, por lo tanto, resumirse muy simplemente de la siguiente manera:
Nada real puede ser amenazado.
Nada irreal existe.
En esto radica la paz de Dios

Como empezar este curso: Libros





EL SIGNIFICADO DE LOS MILAGROS

PRINCIPIOS DE LOS MILAGROS

1. No hay grados de dificultad en los milagros.
2 No hay ninguno que sea más "difícil" o más "grande" que otro.
3Todos son iguales.
4 Todas las expresiones de amor son máximas.

2. Los milagros -de por sí- no importan.
2 Lo único que importa es su Origen, El Cual está más allá de toda posible evaluación.

3. Los milagros ocurren naturalmente como expresiones de amor.
2 El verdadero milagro es el amor que los inspira.
3 En este sentido todo lo que procede del amor es un milagro.

4. Todos los milagros significan vida, y Dios es el Dador de la vida.
2 Su Voz te guiará muy concretamente.
3 Se te dirá todo lo que necesites saber.

La enfermedad es una defensa contra la verdad

Nadie puede sanar a menos que comprenda... cuál es el propósito que aparentemente tiene la enfermedad. Pues entonces comprende también que dicho propósito no tiene sentido. Al no tener la enfermedad causa ni ningún propósito válido, es imposible que exista. Una vez que se reconoce esto, la curación es automática. Pues dicho reconocimiento desvanece esta ilusión sin sentido, valiéndose del mismo enfoque que lleva a todas las ilusiones ante la verdad, y simplemente las deja allí para que desaparezcan. La enfermedad no es un accidente. Al igual que toda defensa, es un mecanismo demente de auto-engaño. Y al igual que todos los demás mecanismos, su propósito es ocultar la realidad, atacarla, alterarla, incapacitaría, distorsionarla, tergiversarla y reducirla a un insignificante montón de partes desarmadas. La meta de todas las defensas es impedir que la verdad sea integra. Las partes se ven entonces como si cada una de ellas fuese un todo en sí misma. Las defensas no son involuntarias ni se forjan inconscientemente. Son como varitas mágicas secretas que utilizas cuando la verdad parece amenazar lo que prefieres creer. Parecen ser algo inconsciente debido únicamente a la rapidez con que decides emplearlas. En ese segundo, o fracción de segundo en que decides emplearlas, reconoces exactamente lo que te propones hacer, y luego lo das por hecho. ¿Quién sino tú decide que existe una amenaza, que es necesario escapar, y erige una serie de defensas para contrarrestar la amenaza que ha juzgado real? Todo esto no puede hacerse de manera inconsciente. Mas una vez que lo has hecho, tu plan requiere que te olvides de que fuiste tú quien lo hizo, de manera que parezca ser algo ajeno a tu propia intención; un acontecimiento que no guarda relación alguna con tu estado mental; un desenlace que produce un efecto real en ti, en vez de uno que tú mismo has causado. La rapidez con la que te olvidas del papel que desempeñas en la fabricación de tu "realidad" es lo que hace que las defensas no parezcan estar bajo tu control. Mas puedes recordar lo que has olvidado, si estás dispuesto a reconsiderar la decisión que se encuentra doblemente sellada en el olvido. El hecho de que no te acuerdes no es más que la señal de que esa decisión todavía está en vigor, en cuanto que eso es lo que deseas. No confundas esto con un hecho. Las defensas hacen que los hechos sean irreconocibles. Ese es su propósito, y eso es lo que hacen. Las defensas toman fragmentos de la totalidad, los ensamblan sin tener en cuenta la verdadera relación que existe entre ellos, y, de esta manera, tejen ilusiones de una totalidad que no existe. Este proceso es lo que produce la sensación de amenaza, y no cualquier resultado que pueda derivarse de él. Cuando se arrancan partes de la totalidad y se consideran como algo separado y como un todo en sí mismas, se convierten en símbolos que representan un ataque contra la totalidad y al, en efecto lograrlo, ésta no se puede volver a ver como la totalidad que es. Sin embargo, has olvidado que dichas partes sólo representan tu decisión de lo que debe ser real, a fin de que ocupe el lugar de lo que si es real. La enfermedad es una decisión, No es algo que te suceda sin tú mismo haberlo pedido, y que te debilita y te hace sufrir. Es una decisión que tú mismo tomas, un plan que trazas, cuando por un instante la verdad alborea en tu mente engañada y todo tu mundo parece dar tumbos y estar a punto de derrumbarse. Ahora enfermas, para que la verdad se marche y deje de ser una amenaza para tus falsos castillos. ¿Por qué crees que la enfermedad puede escudarte de la verdad? Porque demuestra que el cuerpo no está separado de ti y que, por lo tanto, tú no puedes por menos que estar separado de la verdad. Experimentas dolor cuando el cuerpo lo experimenta, y en ese dolor te vuelves uno con él. De esta manera, tu "verdadera" identidad queda a salvo, y el extraño y perturbador pensamiento de que tal vez seas algo más que un puñado de polvo queda mitigado y silenciado. Pues fíjate, ese polvo puede hacerte sufrir, torcerte las extremidades y pararte el corazón, ordenándote que mueras y dejes de existir. De esta manera, el cuerpo es más fuerte que la verdad, la cual te pide que vivas, pero no puede imponerse a tu decisión de querer morir. Y así, el cuerpo es más poderoso que la vida eterna, el Cielo más frágil que el infierno y los designios de Dios para la salvación de Su Hijo se ven contrarrestados por una decisión que es más fuerte que Su Voluntad. El Hijo no es más que polvo, el Padre no está completo y el caos se sienta triunfante en Su trono. Tal es el plan que has elaborado para tu propia defensa. y crees que el Cielo se estremece ante ataques tan irracionales como éstos, en los que Dios queda cegado por tus ilusiones, la verdad transformada en mentiras y todo el universo hecho esclavo de las leyes que tus defensas quieren imponerle. Mas ¿quién podría creer en ilusiones salvo el que las inventa? ¿Quién más podría verlas y reaccionar ante ellas como si fuesen la verdad? Dios no sabe nada de tus planes para cambiar Su Voluntad. El universo permanece indiferente a las leyes con las que has creído gobernarlo. Y el Cielo no se ha inclinado ante el infierno, ni la vida ante la muerte. Lo único que puedes hacer es elegir pensar que mueres o que sufres enfermedades, o que de alguna manera tergiversas la verdad. Lo que ha sido creado no guarda relación alguna Con eso. Las defensas son planes para derrotar lo que no puede ser atacado. Lo que es inalterable no puede cambiar. Y lo que es absolutamente impecable no puede pecar. Ésta es la simple verdad. No recurre a la fuerza ni al dominio. No exige obediencia, ni intenta demostrar cuán fútiles y lamentables son tus intentos de planear defensas que la pudiesen alterar. La verdad sólo desea brindarte felicidad, pues ése es su propósito. Quizá exhala un pequeño suspiro cuando rechazas sus dones. No obstante, sabe con absoluta certeza que recibirás lo que Dios dispone para ti. Este hecho es lo que demuestra que el tiempo es una ilusión. pues el tiempo te permite pensar que lo que Dios te ha dado no es verdad ahora mismo, como no puede por menos que serlo. Los Pensamientos de Dios son totalmente ajenos al tiempo. Pues el tiempo no es sino otra absurda defensa que has urdido contra la verdad. Lo que Él dispone, no obstante, esta aquí, y tú sigues siendo tal como Él te creó. El poder de la verdad es muy superior al de cualquier defensa, pues ninguna ilusión puede permanecer allí donde se le ha dado entrada a la verdad. y ésta alborea en cualquier mente que esté dispuesta a deponer sus armas y a dejar de jugar con necedades. La verdad se puede encontrar en cualquier momento; incluso hoy mismo, si eliges practicar darle la bienvenida. Este es nuestro objetivo hoy Dedicaremos un cuarto de hora en dos ocasiones a pedirle a la verdad que venga y nos libere. y la verdad vendrá, pues jamás ha estado separada de nosotros. Tan sólo aguarda la invitación que hoy le hacemos. Introducimos dicha invitación con una plegaria de curación para que nos ayude a superar nuestra actitud defensiva y permita que la verdad sea como siempre ha sido: La enfermedad es una defensa contra la verdad. Aceptaré la verdad de lo que soy, y dejaré que mi mente sane hoy completamente. La curación destellará a través de tu mente abierta a medida que la paz y la verdad se alcen para ocupar el lugar de la contienda y de las imaginaciones vanas. No quedará ni un solo rincón tenebroso que la enfermedad pueda ocultar y defender contra la luz de la verdad. No quedarán en tu mente figuras sombrías procedentes de tus sueños ni sus absurdos y obscuros anhelos, cuyos propósitos dobles se persiguen descabelladamente. La mente sanará de todo deseo enfermizo que jamás haya tratado que el cuerpo obedeciera. Ahora el cuerpo está sano porque la fuente de la enfermedad está dispuesta a recibir alivio. Y reconocerás que practicaste bien por lo siguiente: el cuerpo no sentirá nada en absoluto. Si has tenido éxito, no habrá sensación alguna de enfermedad o de bienestar, de dolor o de placer. La mente no responderá en absoluto a lo que el cuerpo haga, Lo único que se conserva es su utilidad y nada más. Tal vez no te des cuenta de que esto elimina los limites que le habías impuesto al cuerpo como resultado de los propósitos que le habías adjudicado. A medida que éstos se dejan a un lado, el cuerpo tendrá suficiente fuerza para se ir a cualquier propósito que sea verdaderamente útil. La salud del cuerpo queda plenamente garantizada porque ya no se ve limitado por el tiempo, por el clima o la fatiga, por lo que come o bebe, ni por ninguna de las leyes a que antes lo sometías. No tienes que hacer nada para que esté bien, pues la enfermedad es ahora imposible. Mas para conservar esta protección es preciso que te mantengas extremadamente alerta. Si permites que tu mente abrigue pensamientos de ataque, juzgue o trace planes para contrarrestar cosas que tal vez puedan pasar en el futuro, te habrás vuelto a extraviar, y habrás forjado una identidad corporal que atacará al cuerpo, pues en ese caso la mente estará enferma. De ocurrir esto, remédialo de inmediato, no permitiendo que tu actitud defensiva te siga haciendo daño. No te confundas con respecto a lo que necesita sanar, sino que di para tus adentros: He olvidado lo que realmente soy, pues me confundía mi mismo con mi cuerpo. La enfermedad es una defensa contra la verdad. Más yo no soy un cuerpo. Y mi mente es incapaz de atacar. Por lo tanto, no puedo estar enfermar.

Horacion Un Curso de Milagros


Padre, hoy es el día en que me libero porque mi voluntad es la tuya. Pensé hacer otra voluntad. Sin embargo, nada de lo que pensé a parte de Ti existe. Y yo soy libre porque estaba equivocado y las ilusiones que abrigaba no afectaron en modo alguno mi realidad. Ahora renuncio a ellas y las pongo a los pies de la verdad, a fin de que sean para siempre borradas de mi mente. Este es el instante santo de mi liberación. Padre, sé que mi voluntad es una con la Tuya.”

La Culpa

La culpa es inconsciente, es un sentimiento de auto condenación que nos hacemos, cuando nos creemos que hemos hecho algo mal, o cuando son otros quienes nos lo hacen creer. La culpa no tiene forma, no se ve y aunque la mayoría de personas cree que no siente culpa, o que no lleva culpa; si rascamos un poco en nuestra mente honestamente veremos que está.

La culpa es un sentimiento doloroso muy extendido en nuestra sociedad y que va asociado al miedo y al ataque.

La culpa se entroniza en nuestra mente y se esconde en los recovecos más profundos de la conciencia, se tapa con diferentes situaciones (velos) para no verla. Es como si dijéramos un iceberg, que solo ves la punta, porque el dolor que produce muchas veces es irresistible, ya que creer en la “realidad” de la culpa es que hemos hecho cosas mal y que la consecuencia será el castigo.

Vamos como “victimas de victimas “ de victimas…….pasándonos la culpa de generación en generación y parece que nadie se da cuenta y aunque la sociedad ha evolucionado mucho tecnológicamente y en otros aspectos, este asunto de la culpa lo oyes por todos los sitios, todos los días.

“La culpa la tiene el gobierno”

“La culpa la tiene la ministra”

“La culpa la tienen los padres”

“La culpa la tienen los profesores”

La culpa la tienen los médicos, la suegra, el árbitro, la juventud. Nos pasamos la vida en batallas que no llegan a ninguna parte.

Es tan doloroso y fuerte este enemigo que casi es el objetivo general de la sociedad (inconsciente) para maltratarnos los unos a los otros echándonos la culpa unos a otros, lo cual genera un clima de agresividad y violencia difícil de parar, puesto que nadie quiere tener la culpa.

Las personas que se sienten muy culpables suelen estar irascibles, se enfadan por todo, cualquier palabra les puede herir, están en constante tensión física y mental, parece que todo va con ellos, luchan por tener razón como si les fuera a aniquilar, en cualquier conversación están siempre a la defensiva esperando que les pase algo. Es como si la culpa atrajera más culpa, es como si la culpa necesitara alimentarse con más situaciones de lucha, es como si se sintonizara mentalmente. A veces suele suceder que personas que se sienten muy culpables reciben ataques de otros en apariencia sin haber hecho nada.

La culpa lleva, desde luego, una vibración emocional que atrae más situaciones, es un círculo vicioso que se mantiene en la oscuridad de la mente inconsciente y que el ego oculta con esmero para que no la encuentres.

Podríamos decir que la culpa tiene un historial. Desde antiguo pensadores, filósofos, hombres espirituales, psicólogos han buscado una respuesta para saber de donde venía tanto sufrimiento en la tierra.

Algunos opinan que todos los que hemos nacido en la cultura judeo-cristiana ya “nacemos culpables”.

En otras culturas antiguas de los pueblos asirios utilizaban el ritual del “pit pi” abrir la boca, eran oraciones para que sus dioses les perdonaran.

Los filósofos griegos (Aristóteles) tenían un nombre para sacar la culpa de la mente (catarsis), o limpieza mental.

Los judíos introducen en el muro de las lamentaciones sus pecados por escrito para que queden allí purificados.

En la cultura musulmana también hay muchos actos del simbolismo de la purificación, podríamos decir que todas las religiones y culturas tratan este asunto de sacar culpa.

En la etapa medieval hemos oído hablar del “chivo expiatorio” que paga por todos.

Esto nos indica que a lo largo de la historia, la culpa genera un sentimiento dentro de nosotros de ser “malos” que afecta en si a toda persona y al concepto interior de cómo soy, sin tener en cuenta el país donde has nacido o la religión a la que pertenezcas e incluso no te libras de la culpa siendo escéptico o ateo.

La culpa no puede repararse con la acción. Una vez que has aceptado la culpa te sientes culpable, por más que hagas el bien no dejas de ser malo, por lo que en el pasado hiciste…. en este mundo opera como un pago….., es decir, tienes que sufrir y aunque es inconsciente el ego te recuerda constantemente lo que hiciste…., o lo que dejaste de hacer que tenías que haber hecho.

Es como una voz que llama desde dentro recordándote las relaciones que tuviste…….,lo que hiciste con tus padres……, lo que hiciste con tus hijos…., lo que hiciste con aquella infidelidad… lo que hiciste al maltratar a aquel…

La culpa se pasea por delante de tus narices todos los días de tu vida como un círculo vicioso del que parece que en tu sistema de pensamiento no puedes escapar.

El pensamiento obsesivo y compulsivo de la culpa no es fácil de parar. Te habla así o parecido:

¿Cómo me ha podido pasar esto a mí?

¿Cómo he podido yo hacer esto?

¿Qué clase de persona soy?

¿Qué van a pensar de mí ahora?

Este sentimiento de culpa te atormenta, tanto, por lo que crees que has hecho (que tú has juzgado mal), como por cosas que has dejado de hacer. Es una voz tan insidiosa, llena de culpa y de miedo que tiene un efecto devastador en muchas personas (todos los que han pasado por una separación traumática conocen bien este sentimiento).

Estudios llevados a cabo en Alemania entre protestantes y católicos apuntaban a que la “confesión” ha debido de ser un gran alivio para los creyentes en estas situaciones de dolor, ya que una persona con autoridad les perdonaba aquello por lo que se culpabilizaban.

Con el cuerpo tenemos un poco más de cuidado de todo lo que entra por nuestra boca y va a parar al estomago, pero con la mente le echamos muchos pensamientos y situaciones negativas que recreamos sin ningún filtro.

Psicológicamente hablando, sabemos que todas las emociones negativas que metemos en nuestra mente deben ventilarse. Todo lo que se ventila se liquida y todo lo que se oculta se pudre en nuestra mente y produce efectos. Realmente lo ocultamos porque creemos que esta mal y “no vaya a ser que se enteren los demás”.

El tener personas de confianza a nuestro alrededor a los que podamos contar nuestras situaciones más dolorosas, sin regodearnos, nos ayudará a aligerar la culpa. ¿Quién no se ha desahogado alguna vez con un amigo?. “Vamos hombre, cuéntamelo todo”. Esto ayuda.

En las relaciones de pareja la culpa esta en muchas conversaciones cotidianas, es inconsciente pero es muy frecuente, no hemos aprendido a hablar a los otros sin culpabilizar. Muchas relaciones de pareja están ahí para ver que puedo sacar del otro… “te quiero si tu haces esto…” “o a cambio de que tu me des esto... lo otro”, etc. Y más que una relación es un engaño para proyectar la culpa sobre otro, el tiempo lo demuestra.

La culpa está por todas partes, solo tienes que abrir un periódico y la ves, enchufas la televisión y esta, en cualquier reunión………. Todo nuestro sistema de pensamiento esta basado en la culpa y el miedo, solo tienes que ver cualquier libro de historia.

Es tanta la necesidad de quitarnos la culpa que por los años noventa se presentó un programa de TV en Antena 3, con el titulo de “CONFESIONES”. Personas voluntarias necesitaban confesar públicamente el infierno de sus vidas y ocultándose tras una mampara contaban en la TV todo lo que creían que habían hecho por que decían que así sentían una liberación, se quitaban un peso de encima.

DOS FORMAS ERRONEAS DE QUITARSE LA CULPA

1.- Hacia afuera LA PROYECCION DE LA CULPA.

Esta técnica es muy antigua y esta generalizada en la sociedad, es un mecanismo de defensa muy pueril e inconsciente del ego que te dice que cuanto más culpa eches sobre los demás menos llevas tú.

Se da en gran número de relaciones familiares, de trabajo y en muchos casos la convivencia se hace irresistible.

2.- La culpa hacia dentro.

Muchas personas prefieren echarse la culpa o aceptarla de otros y la integran en sus mentes proyectándola contra sus cuerpos o contra su vida. El cuerpo es neutro y acepta lo que la mente le dice. Esta inconsciencia hace aparecer muchas enfermedades corporales y mentales: depresiones, cáncer, etc, y otros tipos de sabotajes en las vidas de las personas muy culpabilizadas: accidentes, ruinas, negación de trabajo, etc.

Mantienen un sentimiento de “no merecer”.

Tanto la PROYECCION hacia dentro como hacia afuera son dos formas erróneas inconscientes de cómo opera la culpa en este mundo y así no se sana la mente.

Sabemos que el tema no es fácil, pero para vivir una vida más plena y educar más en el AMOR, conviene dar algunos pasos importantes:

1.- Darnos cuenta que la CULPA es un sentimiento muy dañino para nuestra mente y para la mente de los demás, especialmente si son niños.

2.- Tener el deseo y el propósito de sanar y limpiar la mente de todo lo que le hemos echado.

3.- Perdonarse a si mismo de los errores cometidos, reconciliarse con uno mismo, ya que cada uno lo hace lo mejor que sabe con el conocimiento que tiene en ese momento.

4.- Y por último, procurar echar menos culpas sobre los demás y sobre el mundo, pues, ya hay bastante y es un viaje a ninguna parte.

El Perdon

Sabes que has aceptado el perdón cuando reconoces que no había nada qué perdonar.

Y ¿por qué no había nada? Pues porque toda vez que no perdonas, es señal de que sigues atado a un suceso, evento o acontecimiento que está en el pasado y el pasado NO EXISTE SALVO EN TU MENTE, por tanto estás ahora sintiendo una emoción provocada fuera del momento presente, cuando no perdonas no puedes estar en el presente, y al no poder estar atento al aquí y al ahora, lamentablemente tampoco puedes experimentar la paz de Dios, esa que sólo está en el momento presente, cuando estás con todo tu ser en este momento.

Aquí mismo, ahoritititita, donde no hay pasado, porque de haberlo estarías nuevamente escurriéndote a la oscuridad, entonces regresas al aquí y al ahora, y aquí y ahora es todo lo que existe, sólo en el presente puedes encontrarte con Dios, con el amor, el amor que siempre es presente.

Entonces donde lo real es Dios, el amor, la paz. Y donde lo irreal es todo lo que me aleja de Dios, resulta que cuando me andaba acordando de lo que me hicieron, me tornaron o me dijeron, todos esos recuerdos que están en mi mente que no hacen otra cosa que alejarme de Dios, quitarme la paz, son por tanto irreales.

Si son irreales, entonces no existen, y si no existen, entonces por qué debo yo seguir irritado por circunstancias ficticias. No hay lugar para el malestar, el enojo, rencor, resentimiento.

Ah pero es que a mí me hicieron.... wow.

Si todo lo que yo vivo, lo que percibo, fue antes proyectado en mi mente, entonces, pareciera como que yo programé una película, donde además de productor y director fuí actor, actor junto con los otros, así el villano, la víctima, el infeliz, el afortunado, todos los personajes, yo los proyecté.

No puedo más que aplaudirles por su extraordinaria actuación.

Un sueño no es menos irreal que una pesadilla, una película de Disney no es menos irreal que una de Hitchcock. Por qué debiera molestarme con los actores cuando las proyecciones de sueños o de películas no son reales. Los actores no me hicieron nada, no pueden hacerme nada.

Es como el espejo del que hablaba José Lorenzo cuando dice que yo mismo pongo las palabras en el prójimo, donde además no existe el prójimo, no existen los otros, siempre he sido UN SOLO SER. (Les recomiendo la lectura de Estamos de Acuerdo)
Por eso es que lo que doy a "supuestos otros" en realidad me lo doy a mi mismo, a mi Ser.

Entonces, qué es el perdón, cómo es que es la llave de la felicidad, cómo es que puede eliminar toda la creencia en el pecado (pecado significa separado de Dios) el perdón te libera de todas tus ilusiones y además sólo necesitas ACEPTARLO para tí, el perdón es la corrección que nos libera de la línea horizontal del tiempo-espacio, y te recuerda que el pasado ya pasó, ya fué, ya next, ya, sólo existe el aquí y ahora y en este presente sólo hay espacio para el amor.

Ah pero si puedo perdonar al mundo, pero a ese hijo de su madre no... wow...

jajaja, el perdón es como el embarazo: o todo o nada, no hay mujeres medio embarazadas, o están o no están; igualito, si haces excepciones, entonces no estas aceptando el perdón para ti mismo, porque aquí dar y recibir es lo mismo.

No te reserves nada, reconoce que siempre has sido tu y tu sueño, que tu mente te proyecta lo que experimentas. Tu mismo pusiste el guión de la película, no fue real. Y por tanto no te hicieron nada, nada, tu Santo Hijo de Dios no puedes ser amenazado, mucho menos atribulado, torturado, afligido. Tu estado natural es el amor, la paz y la felicidad y esos no te han sido quitados, ni te serán retirados jamás, porque no son del mundo, porque son tuyos desde siempre y por siempre.

Lo que percibiste como ataque, no ocurrió, así corrige este error y entrégalo al Espíritu Santo, para que la energía del error la transforme en amor, y cuando tu entregas tus errores al cielo, se te devuelven en rocío de amor que refresca tu alma para que brille tu luz.

Así...

así, entrégalo, su fortaleza es la tuya, entrégalo, no necesitas saber cómo cambiar tus sentimientos actuales, tu simple deseo de entregar tus errores al cielo es lo único que se precisa, entrégalo y así tu y yo.