Terminos

ABUNDANCIA: El principio del Cielo que contrasta con la creencia del ego en la escasez; al Hijo de Dios jamás puede faltarle nada o tener necesidades, puesto que los regalos de Dios, otorgados eternamente en la creación, siempre están con él.

ACEPTAR LA EXPIACIÓN: Aceptar la irrealidad de la separación, el pecado y la culpa, la enfermedad y la muerte, al seguir el currículo específico del perdonar nuestras relaciones especiales -como nos enseña el Espíritu Santo- que corrige nuestros errores; esta es nuestra única responsabilidad, nuestra función en la Expiación.

ALTAR: La parte de la mente que elige a Dios o al ego; no es una estructura externa, sino una actitud o devoción.

Mentalidad Errada: Utilizada a veces como símbolo de la presencia del ego: chorrea sangre.

Mentalidad Correcta: Símbolo de la Presencia de Dios en nosotros; el lugar de encuentro de Dios con Su Hijo: salpicado con los lirios (azucenas) del perdón.

AMOR:

Conocimiento: La esencia del ser de Dios y de la relación con Su creación, que es inmutable y eterna; está más allá de toda definición y enseñanza, y sólo puede experimentarse o conocerse una vez que las barreras de la culpa se han eliminado por medio del perdón.

Percepción Verdadera: Es imposible en el mundo ilusorio de la percepción, pero puede expresarse aquí a través del perdón; es la emoción que nos dio Dios, en contraste con la emoción de miedo del ego, y se manifiesta en cualquier expresión de verdadera unión con otro.

ÁNGELES: Extensiones del Pensamiento de Dios; símbolo de la luz y protección de Dios que siempre nos rodea, puesto que en verdad nosotros jamás nos hemos separado de El; no debe confundirse con la idea popular de seres celestiales, los cuales son inherentemente ilusorios.

ANTI-CRISTO: Símbolo del ego y de la creencia de que existe un poder que puede oponerse a la omnipotencia de Dios y que puede negar la realidad de Cristo.

Nota: No debe confundirse con el término cristiano que denota la presencia verdadera del mal [o del diablo] en el mundo.

ATAQUE: El intento de justificar la proyección de la culpa sobre los demás, para demostrar su carácter pecaminoso y su culpa de manera tal que nosotros podamos sentirnos libres de ésta; debido a que el ataque es siempre una proyección de nuestra responsabilidad por la separación, jamás se justifica; también se utiliza para denotar el pensamiento de habernos separado de Dios, por lo cual creemos que Dios a su vez nos atacará y nos castigará.

Nota: "ataque" e "ira" se utilizan como virtuales sinónimos.

AZUCENAS: Vea lirios.

BRECHA: El espacio ilusorio entre nosotros y Dios, y entre nosotros y los demás, causado por la creencia en la separación; en este espacio surgen los sueños de enfermedad y odio, puesto que la proyección hacia los cuerpos siempre tiene que ir seguida por la creencia que tiene la mente en la separación.

CANCIÓN DEL CIELO: Símbolo del amor y gratitud que unen a Dios y Sus Hijos, quienes creyeron una vez que estaban separados de su Creador; en "The Song of Prayer," se utiliza como símbolo de la comunión silente entre Dios y Cristo.

CAUSA-EFECTO: Causa y efecto son mutuamente dependientes, puesto que la existencia de uno determina la existencia del otro; además, si algo no es causa no puede existir, ya que todo ser tiene efectos.

Conocimiento: Dios es la única Causa, y Su Hijo, es Su Efecto.

Percepción: El pensamiento de separación -el pecado- es la causa del sueño de sufrimiento y muerte, que es el efecto del pecado; el perdón deshace el pecado al demostrar que el pecado no tiene efecto; i.e., la paz de Dios y nuestra amorosa relación con El no se afecta en absoluto con lo que los demás nos han hecho; por lo tanto, al no tener efectos, el pecado no puede ser causa por lo cual no puede existir.

CIELO: El mundo no-dualista del conocimiento, donde moran Dios y Su creación en la perfecta unidad de Su Voluntad y espíritu; aunque excluyente del mundo de la percepción, el Cielo puede reflejarse aquí en la relación santa y el mundo real.

Vea: conocimiento.

COMUNICACIÓN:

Conocimiento: Sinónimo de creación, una expresión de nuestra relación unificada con Dios la cual puede compararse con un fluir del espíritu y del amor; sólo el espíritu puede comunicarse, contrario al ego, que está separado por naturaleza.

Percepción Verdadera: Nosotros experimentamos comunicación en nuestra mente correcta a través del Espíritu Santo, al permitir que Su Amor se comparta por medio de nosotros.

COMUNIÓN: La unión de] Padre, Hijo y Espíritu Santo, Que pareció romperse con la separación; la consciencia de esta unión del espíritu se restablece en nosotros a través de la relación santa; no debe confundirse con el significado católico tradicional del término, el cual recalca el compartir del cuerpo (no de la mente) de Jesús en la liturgia de la Eucaristía de la misa; por medio de la transubstanciación del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Jesús.

CONOCIMIENTO: El Cielo, o el mundo de Dios y de Su creación unificada que existía antes de la separación en el cual no hay diferencias o formas, por lo cual excluye al mundo de la percepción; no debe confundirse con el uso común de "conocimiento," que implica el dualismo de un sujeto que conoce y un objeto que es conocido; en el Curso refleja la experiencia pura de no-dualidad, en la cual no existe la dicotomía sujeto-objeto.

Vea: Cielo.

CREACIÓN: La extensión del ser o espíritu de Dios, la Causa que resultó en Su Hijo, el Efecto; se describe como la Primera Venida (el primer Advenimiento) de Cristo; la función del Hijo en el Cielo es crear, tal como fue la de Dios al crearlo a Él.

Nota: Existe únicamente en el nivel del conocimiento, y no es equivalente a la creación o creatividad tal como se utilizan los términos en el mundo de la percepción.

CREACIONES: Las extensiones de nuestro espíritu; los efectos de nuestra capacidad creadora, análoga a la creación cuando Dios creó a Su Hijo al extenderse a Sí Mismo; como extensiones de Cristo, nuestras creaciones son parte de la Segunda Persona de la Trinidad; la creación sigue su curso en el Cielo, más allá del tiempo y del espacio, e independiente de la falta de consciencia que de la misma tiene el Hijo en este mundo.

Vea: Creación.

CRISTO: La Segunda Persona de la Trinidad; el único Hijo de Dios o la totalidad de la Filiación; el Ser Que Dios creó por medio de la extensión de Su espíritu; aunque Cristo crea tal como lo hace Su Padre, El no es el Padre puesto que Dios creó a Cristo, pero Cristo no creó a Dios.

Nota: No debe equipararse exclusivamente con Jesús.

CRUCIFIXIÓN: Un símbolo del ataque del ego en contra de Dios y por consiguiente en contra del Hijo de Dios, lo cual da testimonio de la "realidad" del sufrimiento, el sacrificio, la victimización y la muerte que el mundo parece manifestar; también se refiere al asesinato de Jesús, un ejemplo extremo que nos enseñó que nuestra verdadera Identidad de amor jamás puede ser destruida, puesto que la muerte no tiene poder sobre la vida.

CUERPO:

Nivel I: La encarnación del ego; el pensamiento de separación proyectado por la mente y convertido en forma; el testigo de la aparente realidad de la separación ya que es una limitación para el amor, y lo excluye de nuestra consciencia; incluye nuestros cuerpos físicos así como nuestras personalidades.

Nivel II: Es inherentemente neutral, ni "bueno" ni "malo"; su propósito se lo da la mente.

Mentalidad Errada: El símbolo de la culpa y el ataque.

Mentalidad Correcta: El medio para aprender y enseñar el perdón, a través del cual se deshace la culpa; el instrumento de salvación mediante el cual el Espíritu Santo nos habla.

CULPA: El sentimiento que se experimenta en relación con el pecado; su reflejo desde nuestra mente se ve en todos los sentimientos negativos y las creencias que tenemos acerca de nosotros mismos, en su mayoría inconscientes; la culpa descansa sobre un sentido de indignidad inherente, aparentemente aun más allá del poder perdonador de Dios, Quien erróneamente creemos que exige castigo por nuestro aparente pecado de separación contra Él; al seguir el consejo del ego de que mirar la culpa nos destruirá, negamos la presencia de ésta en nuestras mentes, y luego la proyectamos en forma de ataque, bien sea sobre los demás en forma de ira o sobre nuestros cuerpos en forma de enfermedad.

Vea: principio de escasez.

CURACIÓN (SANACIÓN): La corrección en la mente de la creencia en la enfermedad que hace que la separación y el cuerpo parezcan reales; el efecto de unirse con otro en el perdón, lo cual cambia la percepción de cuerpos separados -la fuente de toda enfermedad- al propósito compartido de la curación en este mundo; puesto que la curación está basada en la creencia de que nuestra verdadera Identidad es el espíritu, no el cuerpo, la enfermedad de cualquier clase tiene que ser ilusoria, ya que sólo un cuerpo o ego puede sufrir; la curación refleja de esta manera el principio de que no hay orden (grados) de dificultad en los milagros.

DAR-RECIBIR:

Mentalidad Errada: Si uno da tiene menos, lo que refuerza la creencia del ego en la escasez y el sacrificio, y ejemplariza su principio de "dar para obtener," en que da para obtener más de algo a cambio de lo que da; al creer que puede dar sus regalos de culpa y miedo, la versión del ego de dar es realmente proyección.

Mentalidad Correcta: Dar y recibir son idénticos, lo cual refleja el principio de abundancia del Cielo y la ley de extensión; el espíritu jamás puede perder, puesto que cuando uno da amor, recibe amor; los regalos del Espíritu Santo son cualitativos no cuantitativos, y por consiguiente aumentan en la medida en que se comparten; el mismo principio funciona en el nivel del ego, porque en la medida que damos culpa (proyección) así la recibimos.

Vea: Regalo.

DECISIÓN: La última libertad que nos queda como prisioneros de este mundo es nuestro poder de decidir; si bien no se conoce en el Cielo, la decisión es necesaria aquí ya que lo que hay que corregir es la decisión de estar separados de nuestra Fuente; esto se logra al escoger al Espíritu Santo en lugar del ego, al escoger la mentalidad correcta en vez de la mentalidad errada.

DEFENSAS:

Mentalidad Errada: La dinámica que utilizamos para "protegernos" de nuestra culpa, nuestro miedo y del aparente ataque de los demás, lo más importante de esta dinámica son la negación y la proyección; por su naturaleza misma "las defensas dan lugar a lo que quieren defender," puesto que refuerzan la creencia en nuestra propia vulnerabilidad la cual simplemente aumenta nuestro miedo y nuestra creencia de que necesitamos defensa.

Mentalidad Correcta: Se reinterpreta como el medio que nos libera del miedo; e.g., la negación oculta "la negación de la verdad," y el proyectar nuestra culpa hace posible que adquiramos consciencia de lo que hemos negado, de manera que podamos perdonarlo realmente.

DESEO-VOLUNTAD: El ego desea, el espíritu ejerce su voluntad.

Conocimiento: El ejercicio de la voluntad expresa creación, que es la verdad.

Percepción: Desear puede reflejar mentalidad errada o correcta, ambas son inherentemente ilusorias, puesto que desear implica que existe una realidad distinta a la unidad del Cielo.

DESPERTAR: El Curso habla de la separación como si fuera un sueño del cual necesitamos despertar; la salvación, por lo tanto, consiste en escuchar al Espíritu Santo -la Llamada a que despertemos- en nosotros mismos y en nuestros hermanos: de ese modo aceptamos la unidad de los unos con los otros que deshace la separación la cual originó el sueño en el principio.

DIABLO (DEMONIO): Una proyección del ego, la cual intenta negar la responsabilidad de nuestro pecado y nuestra culpa proyectándolos hacia un agente externo que, por consiguiente, parece afectarnos con su "maldad."

DICHA (FELICIDAD, GOZO, JÚBILO): La dicha es una de las características del maestro de Dios, la cual comparte con todo el Cielo; la felicidad es la Voluntad de Dios para nosotros, la cual se logra a través del cumplimiento de nuestra función de perdonar y despertar del sueño de la muerte.

DIOS: La Primera Persona de la Trinidad; el Creador; la Fuente de todo ser o de toda vida; el Padre, Cuya Paternidad se establece por la existencia de Su Hijo, Cristo; la Primera Causa, Cuyo Hijo es Su Efecto; la esencia de Dios es espíritu, el cual se comparte con toda la creación, cuya unidad es el estado de Cielo.

DISOCIACIÓN: Una defensa del ego que separa al ego del Espíritu Santo-la mente errada de la mente correcta-dividiendo lo que parece atemorizante, lo cual simplemente refuerza el miedo que es la meta del ego; el intento del ego de separar dos sistemas de pensamiento conflictivos y mantenerlos a ambos en nuestras mentes, de modo que su sistema de pensamiento de obscuridad esté a salvo de que la luz lo deshaga.

DIVISIÓN (CISMA): Sin enumerarlas como tales, el Curso describe cuatro niveles de divisiones, las cuales se reflejan en el mundo a través de nuestras relaciones especiales:

1) El pensamiento original de separación cuando creímos que nos habíamos separado de Dios, lo cual nos lleva a la creencia en dos mentes: la Mente de Cristo y la mente dividida.

2) La siguiente división de la mente dividida en mentes errada y correcta: los hogares del ego y del Espíritu Santo.

3) La separación de la mente errada y de la mente correcta por medio de la creencia en el sistema de pensamiento del ego de pecado, culpa y miedo; el Amor del Espíritu Santo ahora ha sido sepultado bajo el especialismo del ego, y a Dios se le teme en vez de aceptársele.

4) La división ontológica final en la que se niega la culpa en nuestras mentes y se proyecta hacia afuera, se fabrica un mundo separado de ataque y de muerte, un mundo que parece estar separado de la mente que lo pensó.

Vea: Disociación.

DOLOR: Vea sufrimiento.

EGO: La creencia en la realidad del yo (ser) separado o falso, el cual se hizo como substituto del Ser Que Dios creó; el pensamiento de separación que hace que surjan el pecado, la culpa y el miedo, y un sistema de pensamiento basado en el especialismo para protegerse a sí mismo; la parte de la mente que cree estar separada de la Mente de Cristo; esta mente dividida tiene dos partes: mente errada y mente correcta; casi siempre el ego se utiliza para designar la "mente errada", pero puede incluir la parte de la mente dividida que puede aprender a escoger la mente correcta.

Nota: No debe equipararse con el "ego" del psicoanálisis, pero se puede equiparar, más o menos, con la psiquis entera, de la cual el "ego" psicoanalítico forma parte.

ENFERMEDAD: Un conflicto en la mente (culpa) que se desplaza hacia el cuerpo; el intento del ego de defenderse en contra de la verdad (espíritu) al concentrar la atención en el cuerpo; un cuerpo enfermo es el efecto de la mente enferma o dividida que es la causa, y que representa el deseo del ego de hacer culpables a otros a través del sacrificio de sí mismo, y de la proyección de la responsabilidad del ataque sobre ellos.

ENSEÑANZA-APRENDIZAJE: Lo que creemos que somos es lo que enseñamos siempre, y lo que enseñamos refuerza nuestra creencia: así pues, la enseñanza y el aprendizaje ocurren todo el tiempo, son realmente idénticos, y por lo tanto no se puede separar a la una del otro; nuestra elección de lo que enseñamos y aprendemos procede de nuestra identidad como espíritu o como ego.

ESPINAS: El símbolo de la crucifixión que utiliza el Curso, el pecado y la culpa del hijo de Dios; el regalo del ego que proyecta la culpa hacia los demás y los ataca por ello; se contrasta con los lirios (azucenas), el regalo del perdón.

ESPÍRITU: La naturaleza de nuestra verdadera realidad la cual, al ser de Dios, es inmutable y eterna; se contrasta con el cuerpo, la encarnación del ego, el cual cambia y muere; el Pensamiento en la Mente de Dios que es el Cristo unificado.

ESPÍRITU SANTO: La Tercera Persona de la Trinidad Quien se describe metafóricamente en el Curso como la Respuesta de Dios a la separación; el Vínculo de Comunicación (Eslabón) entre Dios y Sus Hijos separados, y que salva la brecha entre la Mente de Cristo y nuestra mente dividida; la memoria de Dios y Su Hijo que trajimos con nosotros al sueño; Aquel Que ve nuestras ilusiones (percepción), y nos conduce a través de ellas hacia la verdad (conocimiento); la Voz por Dios Que habla por Él y por nuestro Ser real, recordándonos la Identidad que olvidamos; también se conoce como el Puente, Consolador, Guía, Mediador (Intercesor), Maestro y Traductor.

ESTRELLA: Símbolo de Cristo, de la luz y Presencia de Dios que brilla siempre en nosotros, y que el perdón revela.

EXPIACIÓN: El plan de corrección del Espíritu Santo para deshacer el ego y sanar la creencia en la separación; se puso en efecto después de la separación, y se completará cuando cada Hijo separado haya cumplido su parte en la Expiación por medio del perdón total; su principio es que la separación jamás ocurrió.

EXTENSIÓN:

Conocimiento: El proceso activo de la creación, en el cual el espíritu fluye de sí mismo: Dios crea a Cristo; puesto que el Cielo está más allá del tiempo y del espacio, la "extensión" no puede entenderse como un proceso espacial o temporal.

Percepción Verdadera: Extender la visión del Espíritu Santo o de Cristo en la forma de perdón o de paz; el uso que le da el Espíritu Santo a la ley de la mente, en contraste con la proyección del ego; puesto que las ideas no abandonan su fuente, lo que se extiende permanece en la mente, desde donde se refleja hacia el mundo de ilusión.

FE: La expresión de aquello donde escogemos depositar nuestra confianza; somos libres de tener fe en el ego o en el Espíritu Santo, en la ilusión del pecado en otros o en la verdad de su santidad como Hijos de Dios.

FILIACIÓN: Es la suma de todo lo que Dios creó. Debe observarse con especial atención que Dios tiene solamente un Hijo. Si todas las creaciones de Dios son Hijos Suyos, cada una de ellas tiene que ser parte integral de toda la Filiación. La Filiación, en su unicidad, trasciende la suma de sus partes.

FORMA-CONTENIDO: La multitud de formas del mundo esconde la sencillez del contenido de éstas: verdad o ilusión, amor o miedo; el ego intenta convencernos de que nuestros problemas están en el nivel de la forma, de modo que su contenido subyacente -miedo- se escape de la atención y de la corrección; el Espíritu Santo corrige todos nuestros aparentes problemas en su origen -la mente- al sanar el contenido de miedo del ego con Su Amor lo cual demuestra que no hay grado de dificultad en los milagros o en la solución de problemas.

FUNCIÓN:

Conocimiento: Creación, la extensión del Amor de Dios o espíritu; Dios crea a Su Hijo, Cristo, Quien a Su vez crea como lo hace Su Padre; nuestra función de crear, la cual sigue en curso por toda la eternidad, se restablece a nuestra consciencia cuando se complete la Expiación.

Percepción: Perdón, curación (sanación), salvación, aceptar la Expiación para nosotros mismos; nuestra "función especial" es perdonar nuestras relaciones especiales; la función del Espíritu Santo es llevar a cabo el plan de la Expiación, al recordarle a cada Hijo de Dios cuál es su función especial.

GRACIA: Nuestro estado natural como el espíritu, cuya conciencia regresa a nosotros cuando completamos nuestras lecciones de perdón; un aspecto del Amor de Dios en este mundo; está por encima del aprendizaje porque no se puede enseñar, pero es la meta del aprendizaje, puesto que todas las lecciones apuntan hacia su amor.

GRANDES RAYOS:

Conocimiento: La extensión de la luz de Dios, nuestra verdadera realidad como Cristo; los Grandes Rayos son del espíritu, y no tienen que ver con el cuerpo en lo absoluto.

Percepción Verdadera: La presencia de la luz de Cristo en la mente separada; aparentemente separados de los Grandes Rayos de Dios los cuales no se ven, esta luz se manifiesta como una chispa en cada Hijo, y se hace visible a través del perdón de nuestras relaciones especiales.

GRATITUD:

Conocimiento: Dios está agradecido de Su creación por completarlo, y junto con el Espíritu Santo y Jesús, El agradece nuestros esfuerzos para regresar a El; debe entenderse como una metáfora para el Amor de Dios, puesto que en realidad El no tiene una consciencia separada que pueda sentir gratitud por otra.

Percepción Verdadera: La expresión de agradecerle nuestra existencia a nuestro Creador, así y como a la existencia de todas las "cosas vivientes" que nos ofrecen la oportunidad de acordarnos de Él; nuestra gratitud de unos a otros refleja nuestro reconocimiento de que la salvación llega por medio del perdón, y así se convierte en la manera de recordar a Dios.

Vea: Canción (himno) del Cielo.

GUERRA: Símbolo de la creencia del ego en el conflicto entre sí mismo y su imagen de un Dios vengativo Que trata de destruirlo; este conflicto se proyecta hacia la experiencia de nosotros mismos en guerra con el mundo y con todos en él.

HACER (FABRICAR) – CREAR: El espíritu crea, mientras que el ego hace (fabrica).

Conocimiento: La creación sólo ocurre dentro del mundo del conocimiento, verdad creadora.

Percepción: Hacer, conocido también como mal-crear, sólo conduce a ilusiones; raramente se aplica al Espíritu Santo, a Quien se describe como el Hacedor (Artífice) del mundo real.

Vea: Creación.

HIJO DE DIOS:

Conocimiento: La Segunda Persona de la Trinidad; el Cristo Que es nuestro verdadero Ser.

Percepción: Nuestra identidad como Hijos separados, o el Hijo de Dios como ego, con una mente errada y correcta; la frase bíblica "hijo del hombre" rara vez se usa para designar al Hijo como separado.

HUMILDAD-ARROGANCIA: La humildad es de la mente correcta, la cual reconoce su dependencia de Dios, mientras que la arrogancia es de la mente errada, la cual siente que está en competencia con El; el espíritu descansa en la grandeza de Dios, de Quien deriva su poder, mientras que la grandiosidad del ego proviene de creer que él es Dios, y que posee el poder para determinar nuestra función en el plan de Dios; de esta manera el ego confunde la humildad con la arrogancia, y nos dice que somos indignos de ser los instrumentos de salvación de Dios.

ÍDOLO: Símbolo de la substitución del ego por nuestro verdadero Ser o Dios; una falsa creencia de que puede haber algo distinto a Dios, o más que Dios, y por consiguiente separado de El, una creencia que se proyecta luego sobre la relación especial: personas, cosas o ideas; el anti-Cristo.

ILUSIÓN: Algo que se cree que es real pero que no lo es; la ilusión última es la separación de Dios, sobre la cual descansan todas las manifestaciones del mundo separado, lo que puede considerarse como distorsiones en percepción; i.e., ver ataque en lugar de un pedido de amor, pecado en vez de error; las ilusiones del mundo refuerzan la creencia de que el cuerpo tiene un valor en sí y de por sí mismo, una fuente de placer o de dolor; el perdón es la ilusión final puesto que perdona lo que jamás fue, y conduce más allá de la ilusión hacia la verdad de Dios.

INFIERNO: El cuadro ilusorio del ego de un mundo más allá de la muerte, el cual quiere castigarnos por nuestros pecados; el infierno es, pues, la culpa del pasado proyectada al futuro, pasando por alto el presente; también se usa para designar el sistema de pensamiento del ego.

INOCENCIA: Se utiliza ocasionalmente para referirse a Dios o a Sus atributos.

Mentalidad Errada: El rostro (cara) de inocencia que utiliza el ego para esconder su verdadera intención de atacar, y hacer a los demás culpables por haberle infligido sufrimiento a una víctima inocente.

Mentalidad Correcta: La corrección que le hace el Espíritu Santo a nuestra creencia en la pecaminosidad; conciencia de nuestra inocencia y pureza como Hijo de Dios nos es devuelta por medio del perdón de nuestra culpa y el logro de la percepción verdadera.

INSTANTE SANTO: El intervalo fuera del tiempo en el cual escogemos el perdón en vez de la culpa, el milagro en vez del agravio, el Espíritu Santo en vez del ego; la expresión de nuestra pequeña disposición (pequeña dosis de buena voluntad) para vivir en el presente, el cual se abre hacia la eternidad, en lugar de aferrarnos al pasado y temerle al futuro, que nos mantiene en el infierno; también se utiliza para señalar el instante santo final, el mundo real, la culminación de todos los instantes santos que hemos escogido a lo largo del camino.

INVULNERABILIDAD: Nuestro estado natural como el Hijo de Dios; puesto que nuestro estado natural es espíritu y no el cuerpo, nada del mundo del ego puede hacernos daño; el reconocimiento de nuestra invulnerabilidad se convierte en la base de nuestra indefensión, la condición para que perdonemos.

IRA: Ver ataque.

JESÚS: La fuente del Curso, su primera persona o "Yo"; el primero que completó su parte en la Expiación, lo cual lo capacitó para que se hiciera cargo de todo el plan; al trascender su ego, Jesús se ha identificado con Cristo y ahora puede servir como nuestro modelo para aprender y ser la ayuda siempre presente cuando lo invocamos en nuestro deseo de perdonar.

Nota: No debe identificarse exclusivamente con Cristo, la Segunda Persona de la Trinidad.

JUGUETES: Símbolo del mundo del pecado, y el cual refleja su inherente carencia de significado y su inocuidad, a pesar de su aparente solidez y fortaleza.

JUICIO: Estrictamente hablando Dios no juzga, puesto que lo que El crea es perfecto y uno con El; la referencia que hace el Curso al Juicio de Dios refleja Su reconocimiento de Su Hijo como Hijo Suyo, amado para siempre y uno con El.

Mentalidad Errada: Condenación, mediante la cual se separa a la gente entre los que deben odiarse y los que deben "amarse", un juicio que siempre se basa en el pasado.

Mentalidad Correcta: Visión, mediante la cual vemos a la gente expresando amor o pidiendo amor, un juicio inspirado por el Espíritu Santo y el cual siempre se basa en el presente.

Vea: Juicio Final.

JUICIO FINAL:

Conocimiento: Se contrasta con el punto de vista cristiano tradicional sobre el juicio y el castigo para reflejar la amorosa relación de Dios con todos Sus Hijos: Su Juicio Final.

Percepción Verdadera: Se contrasta con el punto de vista cristiano tradicional del juicio y del castigo y se equipara con el fin de la Expiación cuando, después de la Segunda Venida (Segundo Advenimiento), se hace la última distinción entre la verdad y la ilusión, se deshace toda la culpa, y se nos devuelve nuestra consciencia como Cristo-el Hijo del Dios vivo.

JUSTICIA: La corrección que le hace el Espíritu Santo a la injusticia del mundo; la creencia de que los Hijos de Dios son igualmente amados e igualmente santos y que deshace los juicios basados en la separación; el fin del sacrificio y de la creencia de que la ganancia de uno es la pérdida de otro; se conoce como "la roca sobre la cual descansa la salvación."

“LAS IDEAS NO ABANDONAN SU FUENTE”: La expresión de la ley de causa y efecto, puesto que causa y efecto no pueden separarse: una idea no puede abandonar la fuente que la pensó.

Conocimiento: La extensión del Pensamiento de Dios, Su Hijo, jamás ha abandonado su Fuente, puesto que lo que es de Dios jamás puede separarse de Él.

Percepción: El mundo de la separación jamás ha abandonado su fuente en la mente separada, aunque el mundo parece ser externo a la mente; así pues, no hay mundo material, sólo existe una ilusión proyectada de un mundo.

Mentalidad Errada: La proyección de la culpa de nuestras mentes por medio del ataque refuerza la presencia de la misma en la mente que la pensó.

Mentalidad Correcta: Extender el Amor del Espíritu Santo a través del perdón -ver el Espíritu Santo en otros- aumenta la consciencia de Su amorosa Presencia en nosotros mismos.

LEYES DE DIOS: Los principios que expresan la existencia de Dios y la extensión de Su Reino.

Conocimiento: Incluyen creación, amor, verdad y vida eterna.

Percepción Verdadera: Reflejadas en este mundo como el perdón, el milagro, la curación (sanación) y la libertad, en contraste con las leyes del ego de proyección, especialismo, sufrimiento y muerte -las leyes de caos-.

LIBRE ALBEDRÍO (I): Existe únicamente en el mundo ilusorio de la percepción, donde parece que el Hijo de Dios tiene el poder de separarse de Dios; puesto que en el nivel perceptual escogimos estar separados, también podemos escoger cambiar de idea; esta libertad de elección -entre mentalidad errada y mentalidad correcta- es la única libertad posible en este mundo; en el estado no-dualista de perfecta unidad del Cielo, no puede existir el escoger, y por lo tanto el libre albedrío, tal como lo entendemos generalmente, en realidad no tiene significado alguno.

Nota: No debe confundirse con "libertad de la voluntad", la cual refleja que la Voluntad de Dios no puede ser aprisionada por el ego, y por lo tanto tiene que permanecer libre para siempre.

LIBRE ALBEDRÍO (II): Un aspecto de nuestro libre albedrío dentro de la ilusión: somos libres para creer qué es la realidad, pero puesto que la realidad fue creada por Dios no somos libres para cambiarla en forma alguna; nuestros pensamientos no afectan la realidad, pero sí afectan lo que creemos y experimentamos como realidad.

LIRIOS (AZUCENAS): El símbolo que utiliza el Curso para el perdón y la inocencia del Hijo de Dios; el regalo de perdón que nos ofrecemos unos a otros, en contraste con el regalo del ego de espinas (ataque, crucifixión).

LUZ:

Conocimiento: Metáfora que se usa para describir la esencia del espíritu -Dios y Cristo-.

Percepción Verdadera: Metáfora que describe la visión de Cristo, o el perdón, el cual nos une en relaciones santas y remueve los tenebrosos velos de culpa que nos mantienen arraigados en el sueño del ego.

Vea: Traer la oscuridad (ilusiones) a la luz (verdad), Grandes Rayos.

MAESTROS DE DIOS: En el instante en que decidimos unirnos con otro, una decisión de unirnos a la Expiación, nos convertimos en maestros de Dios; al enseñar la lección de perdón del Espíritu Santo, la aprendemos para nosotros mismos, y reconocemos que nuestro Maestro es el Espíritu Santo, Quien enseña a través de nosotros por medio de nuestro ejemplo de perdón y de paz; también se le conoce como "obrador de milagros", "mensajero" y "ministro de Dios"; se usa como sinónimo para los estudiantes de Un curso de Milagros.

MAGIA: El intento de resolver un problema donde no está, i.e., tratar de resolver un problema de la mente por medio de medidas físicas o "insensatas": la estrategia del ego de mantener el verdadero problema -la creencia en la separación- alejado de la Respuesta de Dios; la culpa se proyecta sobre otros fuera de nuestras mentes (ataque) o sobre nuestros cuerpos (enfermedad) y buscamos resolverla allí, en vez de permitir que el Espíritu Santo la deshaga en nuestras mentes; también se conoce como "falsa curación (sanación)" en "The Song of Prayer."

MEDIO-FIN: A pesar de la multitud de medios que hay en el mundo, sólo permanecen dos medios o metas: la verdad o la ilusión; el cuerpo puede servirle a cualquiera de esos dos fines, de acuerdo con lo que elija la mente.

Mentalidad Errada: El cuerpo se utiliza como el medio que origina la meta del pecado o la culpa, y que refuerza la ilusión a través de la relación especial.

Mentalidad Correcta: El cuerpo se utiliza como un medio para lograr la meta del perdón, lo cual nos conduce hacia la verdad a través de la relación santa.

MEDITACIONES INSENSATAS (INSENSATECES): Se usa a menudo para designar los intentos del ego de entender ideas del mundo del conocimiento que están más allá de su comprensión; ocasionalmente se utiliza para referirse a los esfuerzos por entender el sistema de pensamiento del ego.

MEMORIA DE DIOS: La etapa final de la Expiación, que sigue al haber visto el rostro (faz) de Cristo en todos nuestros hermanos y que precede al paso final, el cual toma Dios Mismo; recordamos a Dios a través del perdón, el cual deshace todas las creencias en la separación que nos obscurecían Su Presencia.

MENTALIDAD CORRECTA: La parte de nuestras mentes separadas que contiene al Espíritu Santo la Voz del perdón y la razón; repetidamente se nos pide que escojamos ésta en lugar de la mentalidad errada, que sigamos la dirección del Espíritu Santo en vez de la del ego, y que de ese modo regresemos a la Mentalidad-uno de Cristo.

MENTALIDAD ERRADA: La parte de nuestras mentes separadas y divididas que contiene al ego-la voz del pecado, la culpa, el miedo y el ataque; constantemente se nos pide que elijamos la mentalidad correcta en vez de la mentalidad errada, la cual nos aprisiona aun más en el mundo de la separación.

MENTALIDAD UNO: La Mente de Dios o de Cristo; la extensión de Dios que es la Mente unificada de la Filiación; puesto que trasciende tanto la mente correcta como la mente errada, existe solamente en el nivel del conocimiento y del Cielo.

MENTE:

Conocimiento: El agente activado del espíritu, del cual es equivalente aproximado, y al cual le proporciona su energía creadora.

Percepción: El agente de selección; somos libres de creer que nuestras mentes pueden apartarse o separarse de la Mente de Dios (mentalidad errada), o que pueden regresar a ella (mentalidad correcta); así pues, se puede entender que la mente dividida tiene tres partes: la mente errada, la mente correcta y la parte de la mente (tomador de decisiones) que escoge entre ellas; no debe confundirse con el cerebro, el cual es un órgano físico y por consiguiente un aspecto de nuestro ser corporal.

Vea: Mente de Dios.

MENTE DE DIOS: Equiparada con la función creativa de Dios la cual representa el agente activado del espíritu, y al cual le proporciona su energía creadora; como una extensión de Dios, la Mente de Cristo -el Pensamiento de Dios- comparte en los atributos de la Mente de Dios Mentalidad-uno; después de la separación, la Mente de Cristo pareció dividirse en dos: Mente y mente.

MIEDO: La emoción del ego, la cual contrasta con el amor, que fue la emoción que Dios nos dio; el miedo se origina en el esperado castigo por nuestros pecados, que demanda nuestra culpa; el terror que resulta de lo que creemos nos merecemos y que nos lleva a defendernos -por medio de la dinámica de proyección del ego- atacando a los demás, lo cual simplemente refuerza nuestra sensación de vulnerabilidad y de miedo, y establece un círculo vicioso de miedo y defensa.

MILAGRO: El cambio de idea que modifica nuestra percepción del mundo del ego de pecado, culpa y miedo al mundo de perdón del Espíritu Santo; invierte la proyección al devolverle a la mente su función causativa, lo cual nos permite escoger de nuevo; trasciende las leyes de este mundo para reflejar las leyes de Dios; se logra al unirnos con el Espíritu Santo o Jesús, y es el medio para sanar nuestra propia mente y las mentes de otros.

Nota: No debe confundirse con el concepto tradicional de los milagros como cambios en los fenómenos externos.

MIRAR EL EGO: La esencia del perdón; mirar nuestro sistema de pensamiento egoísta con la bondad sin enjuiciamiento y la paciencia del Espíritu Santo o Jesús; puesto que la culpa es lo que nos impide mirar nuestro especialismo, apoyando así al ego y ocultando su verdadera naturaleza, el mirar nuestros pensamientos de ataque sin juzgarlos, es lo que deshace al ego: así pues, mirar el ego sin que sintamos culpa y miedo es la esencia de la Expiación.

Vea: Traer la obscuridad (ilusiones) a la luz (verdad).

MUERTE:

Mentalidad Errada: El testigo último de la aparente realidad del cuerpo y de que nos separamos de nuestro Creador, Que es la vida; si el cuerpo muere entonces tiene que haber vivido, lo cual significa que su hacedor -el ego- tiene que ser real y tener vida además; también el ego lo concibe como el máximo castigo por el pecado de habernos separado de Dios.

Mentalidad Correcta: El tranquilo abandonar del cuerpo después de que éste ha cumplido su propósito como instrumento de enseñanza.

MUNDO: El efecto de la creencia del ego en la separación, la cual es su causa; es dar forma al pensamiento de separación y ataque a Dios; puesto que es la expresión de la creencia en el tiempo y el espacio, no fue creado por Dios, Quien trasciende el tiempo y el espacio totalmente; a menos que se refiera específicamente al mundo del conocimiento, mundo sólo se refiere a la percepción, el mundo de la post-separación del ego.

Mentalidad Errada: Una prisión de separación que refuerza la creencia del ego en el pecado y la culpa, y perpetúa la aparente existencia de este mundo.

Mentalidad Correcta: Un salón de clases donde aprendemos nuestras lecciones de perdón, el mecanismo de enseñanza del Espíritu Santo para ayudarnos a trascender el mundo: así el propósito del mundo es enseñarnos que no hay mundo.

Vea: Mundo real.

MUNDO REAL: El estado mental en que, por medio del perdón total, el mundo de la percepción se libera de la proyección de la culpa que habíamos puesto sobre él; así pues, es la mente la que tiene que cambiarse, no el mundo, y vemos a través de la visión de Cristo la cual bendice en vez de condenar; el sueño feliz del Espíritu Santo; el fin de la Expiación, que deshace nuestros pensamientos de separación y permite que Dios de el paso final.

NAVIDAD: La fiesta con que se conmemora el nacimiento tradicional de Jesús; se utiliza como símbolo del renacer de Cristo en nosotros mismos: "la hora (tiempo) de Cristo."

NEGACIÓN:

Mentalidad Errada: Evitar la culpa por medio de empujar fuera de nuestra consciencia la decisión que la hizo, lo cual la hace inaccesible a la corrección o a la Expiación; equivalente aproximado de la represión; protege la creencia del ego de que él, y no Dios, es nuestra fuente.

Mentalidad Correcta: Se utiliza para negar el error y afirmar la verdad: para negar "la negación de la verdad."

NIÑO (CRIATURA): Metáfora que describe la "poca sabiduría" de los Hijos separados, quienes son como niñitos que no comprenden el mundo, y por lo tanto necesitan que su hermano mayor, Jesús, les enseñe a distinguir lo que es verdadero de lo que es falso, el mundo de la realidad del mundo de la fantasía; si fuésemos adultos espiritualmente adelantados no necesitaríamos la ayuda que provee Un curso de milagros.

“NO HACER EL ERROR REAL”: Uno de los elementos clave en el plan de perdón del Espíritu Santo, el cual corrige el plan del ego de hacer real el error y que inevitablemente nos conduce a erigir defensas en contra suya debido al miedo, o a perdonar falsamente; el verdadero perdón, por otra parte, reconoce el error como un pedido de amor y de corrección; hacer el error real, como cuando empatizamos falsamente con otro, o mágicamente esperamos resolver un problema externo, nos arraiga más profundamente en el sistema de pensamiento del ego, mientras que ver todos los problemas o formas de sufrimiento como reflejos externos de la culpa interna permite que ocurra la verdadera curación de la mente.

“NO HAY ORDEN (GRADOS) DE DIFICULTAD EN LOS MILAGROS”: El primer principio de los milagros; algo es o cierto o falso, sin que existan niveles reales dentro de cada categoría; no hay orden (grados) de dificultad en la corrección de las ilusiones puesto que éstas son igualmente irreales, y sólo se requiere el cambio de la ilusión a la verdad; de igual manera, no hay orden (grados) de dificultad en la curación puesto que cualquier forma de enfermedad (ilusión), aun la muerte misma, se deshace en la mente -donde en verdad radica- cuando se trae a la verdad allí; la corrección de la primera ley de caos del ego: hay una jerarquía de ilusiones.

NOMBRE DE DIOS: Utilizado como un símbolo para designar la Identidad de Dios, Cuyo Ser compartimos como Hijo Suyo; el símbolo de la santidad de Dios, que también es nuestra.

ORACIÓN: Pertenece al mundo de la percepción, tal como se entiende popularmente, puesto que le pedimos a Dios algo que creemos que necesitamos; nuestra única verdadera oración, por otra parte, es por el perdón, ya que éste nos devuelve la consciencia de que ya tenemos lo que necesitamos; tal como se utiliza en el Curso mismo, no incluye las experiencias de comunión con Dios que nos llegan durante los períodos de quietud o meditación; se compara con una escalera en "The Song of Prayer" (El himno de oración), y se enfatiza tanto el proceso del perdón como la comunión entre Dios y Cristo, la Canción que es el final mismo de la escalera.

PALABRA DE DIOS: La "respuesta" de Dios a la separación; usada diversamente para diferentes aspectos de esta respuesta: e.g., perdón, paz, Expiación y Espíritu Santo.

Nota: No se refiere a Jesús o Cristo, como sucede en la Biblia.

PASCUA: Día de fiesta en que se conmemora la resurrección de Jesús; puesto que la resurrección simboliza la trascendencia del ego en la cual se supera la muerte, la Pascua se utiliza como un símbolo de que el Hijo de Dios ofrece y acepta la redención (o la trascendencia del ego) por medio del perdón.

PASO FINAL (ÚLTIMO PASO): Este paso, que Le pertenece a Dios, ocurre cuando la Expiación se ha consumado y todas las interferencias del ego se han eliminado; cuando no quede nada que nos separe de Dios, Él da el paso final y nos alza hacia Sí Mismo; estrictamente hablando Dios no da pasos, y el término en realidad se refiere a nuestra experiencia de regresar a nuestra Fuente Que jamás abandonamos verdaderamente.

PAZ: La meta del Curso; la condición para el logro del conocimiento y el regreso a casa; oculta por cuatro obstáculos -nuestra atracción al ataque (culpa), el dolor, la muerte y el miedo a Dios- los cuales se superan al enseñar y aprender el perdón.

PECADO: La creencia en la realidad de nuestra separación de Dios, la cual el ego considera como un acto imposible de corregir porque representa el ataque a nuestro Creador, Quien como consecuencia jamás nos perdonaría; esta creencia nos lleva a la culpa, la cual exige castigo; es equivalente a la separación, y es el concepto central en el sistema de pensamiento del ego, del cual lógicamente surgen todos los otros; para el Espíritu Santo, es un error en nuestro pensamiento que debe corregirse y por consiguiente olvidarse y sanarse.

PENSAMIENTOS DE DIOS:

Conocimiento: La extensión no espacial de la Mente de Dios o espíritu; incluye a toda la creación, a nuestro verdadero Ser así como a nuestras creaciones; al ser parte de Dios, Sus Pensamientos comparten en Sus atributos; unificado, eterno, informe, creativo e inmutable.

Percepción Verdadera: Raramente se utiliza para referirse a pensamientos del mundo real; e.g., paz, salvación, curación (sanación) y el milagro.

PERCEPCIÓN:

Nivel I: El mundo dualista de forma y de diferencias que surgió después de la separación, mutuamente excluyente del mundo no dualista del conocimiento; este mundo surge de nuestra creencia en la separación y no tiene realidad fuera de este pensamiento.

Nivel II: Procede de la proyección: lo que vemos internamente determina lo que vemos fuera de nosotros; crucial para la percepción, por lo tanto, es nuestra interpretación de la "realidad", en vez de lo que parece ser objetivamente real.

Mentalidad Errada: La percepción de la culpa y del pecado refuerza la creencia en la realidad de la separación.

Mentalidad Correcta: La percepción de oportunidades para perdonar sirve para deshacer la creencia en la realidad de la separación.

Vea: Percepción Verdadera.

PERCEPCIÓN VERDADERA: Ver a través de los ojos de Cristo, la visión del perdón que corrige las percepciones falsas de separación del ego al reflejar la verdadera unidad del Hijo de Dios; no debe equipararse con la visión física, es la actitud que deshace las proyecciones de culpa, y nos permite contemplar el mundo real en lugar del mundo de pecado, miedo, sufrimiento y muerte.

Vea: Percepción.

PERDÓN: Mirar nuestro especialismo en unión del Espíritu Santo o de Jesús, sin culpa o sin juicio; nuestra función especial la cual cambia la percepción que tenemos de otro como "enemigo" (odio especial) o como "ídolo-salvador" (amor especial) a una percepción de hermano o amigo, y le quita todas las proyecciones de culpa; la expresión del milagro o visión de Cristo, que ve a toda la gente unida en la Filiación de Dios, y que mira más allá de las aparentes diferencias que reflejan la separación: así pues, el percibir el pecado como real hace imposible el verdadero perdón; el perdón reconoce que lo que pensamos que nos hicieron nos lo hicimos nosotros mismos, puesto que somos responsables de nuestros guiones, y por lo tanto sólo nosotros podemos privarnos de la paz de Dios: así pues, perdonamos a los demás por lo que no nos han hecho, no por lo que han hecho.

PERIODOS DE INESTABILIDAD: Nuestra culpa y nuestro miedo no pueden deshacerse sin que los resolvamos a través de las oportunidades para perdonar que utiliza el Espíritu Santo; este mirar con honradez dentro de nuestras mentes acompañados por el Espíritu Santo o Jesús -un proceso contra el cual el ego nos aconseja- es lo que nos lleva a estos períodos de incomodidad y de ansiedad que inevitablemente sentimos en el proceso de cambiar de la mentalidad errada a la mentalidad correcta.

PREGUNTAS: El Curso presenta nuestra decisión básica de elegir entre Dios y el ego en forma de distintas preguntas.

PRINCIPIO DE ESCASEZ: Un aspecto de la culpa; la creencia de que estamos vacíos e incompletos, y que carecemos de lo que necesitamos; esto nos lleva a la búsqueda de ídolos o relaciones especiales para llenar la escasez que experimentamos dentro de nosotros mismos; inevitablemente la proyectamos en sentimientos de privación, por lo que creemos que otros nos despojan de la paz que en realidad nosotros mismos nos hemos arrebatado; contrasta con el principio de abundancia de Dios.

PROCESO: Un curso de milagros enfatiza que en el sueño de la separación el perdón ocurre con el tiempo, y es por lo tanto un proceso de crecimiento; nuestro miedo al Amor de Dios es tan grande que nos aferramos a nuestro especialismo como protección, y de ese modo aprendemos suavemente y pacientemente que la culpa y el ataque del ego refuerzan el dolor, mientras que el perdón del Espíritu Santo nos conduce a la dicha.

Vea: Períodos de inestabilidad.

PROYECCIÓN: La ley fundamental de la mente: la proyección hace la percepción -lo que vemos internamente determina lo que vemos fuera de nuestras mentes-.

Mentalidad Errada: Refuerza la culpa al desplazarla sobre algún otro, al atarla allí y negar su presencia en nosotros; un intento de desviar sobre los otros nuestra responsabilidad por la separación.

Mentalidad Correcta: El principio de extensión, el cual permite que el perdón del Espíritu Santo se extienda (proyecte) a través de nosotros.

PUENTE: Símbolo que representa la transición de la percepción al conocimiento, por lo cual a menudo se equipara con el Espíritu Santo, el mundo real y con el paso final de Dios; también se usa para referirse al cambio de la falsa percepción a la verdadera percepción y al mundo real.

RAZÓN: Mentalidad correcta; pensar de acuerdo con el Espíritu Santo, al elegir seguir Su dirección, aprender Sus lecciones de perdón, ver impecabilidad más bien que pecado, y escoger la visión en vez del juicio.

Nota: No debe confundirse con racionalismo.

REGALO (DON): Los regalos de Dios son amor, vida y libertad, los cuales jamás nos pueden ser arrebatados, aun cuando se pueden negar en el sueño de este mundo.

Mentalidad Errada: Los regalos del ego son el miedo, el sufrimiento y la muerte, aunque a menudo no los reconocemos por lo que son; los regalos del ego son "comprados" por medio del sacrificio.

Mentalidad Correcta: Los regalos de Dios son traducidos por el Espíritu Santo en perdón y gozo, los cuales se nos dan en la medida que los damos a otros.

Vea: Dar-recibir.

REINO DE DIOS: Vea Cielo.

RELACIÓN SANTA: El medio que utiliza el Espíritu Santo para deshacer la relación profana (no santa) o especial y que cambia la meta de la culpa hacia la meta del perdón o de la verdad; el proceso del perdón por medio del cual alguien que ha percibido a otro como separado se une con él en su mente a través de la visión de Cristo.

RELACIONES ESPECIALES: Relaciones sobre las cuales proyectamos la culpa, y que utilizamos como substitutos del amor y de nuestra relación con Dios; las defensas que refuerzan la creencia en el principio de escasez mientras aparentan estar deshaciéndola -dan lugar a lo que quieren defender- puesto que las relaciones especiales intentan llenar la carencia que percibimos en nosotros mismos al quitarle a los otros a quienes inevitablemente vemos como separados, reforzando así una culpa que finalmente procede de nuestra imaginada separación de Dios: el pensamiento de ataque que es la fuente original de nuestro sentimiento de escasez; todas nuestras relaciones en este mundo comienzan como relaciones especiales puesto que comienzan con la percepción de separación y diferencias, la cual debe entonces corregir el Espíritu Santo a través del perdón, para convertirla en una relación santa; el especialismo tiene dos formas: el odio especial justifica la proyección de la culpa por medio del ataque; el amor especial esconde el ataque en la ilusión del amor, donde creemos que nuestras necesidades especiales las llenan personas especiales con atributos especiales, por lo cual las amamos: en este sentido, el amor especial es el equivalente aproximado de la dependencia, la cual engendra desprecio u odio.

RESPUESTA: Vea Espíritu Santo.

RESURRECCIÓN: El despertar del sueño de la muerte; el total cambio de pensamiento que trasciende al ego y su percepción del mundo, del cuerpo y de la muerte, y que nos permite identificarnos completamente con nuestro verdadero Ser; también se refiere a la resurrección de Jesús.

REVELACIÓN: La comunicación directa de Dios hacia Su Hijo la cual refleja la forma original de comunicación presente en nuestra creación; procede de Dios hacia Su Hijo, pero no es recíproca; un breve retorno a este estado es posible en este mundo.

RISA (SONRISA): El Curso nos pide que no tomemos en serio al ego y su mundo, pues esto los hace reales en nuestras mentes; más bien, nos exhorta a que nos riamos dulcemente del sistema de pensamiento del ego y de sus aparentes consecuencias, y que nos acordemos al fin de reímos de la "diminuta, alocada idea."

ROSTRO (FAZ DE CRISTO): Símbolo del perdón; el rostro (la faz) de la verdadera inocencia que se ve en otro cuando miramos a través de la visión de Cristo, libre de nuestras proyecciones de culpa; así pues, es la extensión hacia otros de la inocencia que vemos en nosotros mismos, independiente de lo que ven nuestros ojos físicos.

Nota: No debe confundirse con el rostro de Jesús, ni con nada externo.

SACRIFICIO: Una creencia central en el sistema de pensamiento del ego: alguien tiene que perder si otro ha de ganar; el principio de renunciar para recibir (dar para obtener); e.g., para recibir el Amor de Dios debemos pagar un precio, generalmente en la forma de sufrimiento para expiar nuestra culpa (pecado); para recibir el amor de otro, tenemos que pagarlo a través del convenio del amor especial; es lo opuesto del principio de salvación o justicia: nadie pierde y todos ganan.

SALVACIÓN: La Expiación, o el deshacimiento de la separación; estamos "salvados" de nuestra creencia en la realidad del pecado y la culpa a través del cambio de idea que el perdón y el milagro originan.

SEGUNDA VENIDA (SEGUNDO ADVENIMIENTO): La curación (sanación) de la mente de la Filiación; el retorno colectivo a la conciencia de nuestra realidad como el Hijo uno de Dios, la cual tuvimos en nuestra creación, la Primera Venida; precede al Juicio Final, después del cual este mundo de ilusión se termina.

SEPARACIÓN: La creencia en el pecado que afirma una identidad separada de nuestro Creador; pareció ocurrir una vez, y el sistema de pensamiento que surgió de esa idea está representado por el ego; ha tenido como resultado, un mundo de percepción y de forma, de dolor, sufrimiento y muerte, real en el tiempo, pero desconocido en la eternidad.

SER: Nuestra verdadera Identidad como el Hijo de Dios; sinónimo de Cristo, la Segunda Persona de la Trinidad, y la cual contrasta con el falso ser, el ego, que hicimos como substituto de la creación de Dios; raramente usado para referirse al Ser de Dios.

“SOY TAL COMO DIOS ME CREÓ”: Una expresión del principio de la Expiación; la afirmación que reconoce que la separación de Dios jamás ocurrió en realidad; la negación de este principio refuerza la creencia en nuestro ego o falso ser y en el cuerpo; el aceptar esta afirmación sana la separación y nos devuelve la consciencia de nuestra verdadera Identidad como el Hijo de Dios, nuestro Ser.

SUEÑO (ESTAR DORMIDO): Generalmente designa el estado de separación de Dios, en Quien permanecemos despiertos como Cristo; nuestras experiencias dentro del sistema de pensamiento del ego constituyen nuestros sueños de especialismo, en los cuales creemos que hemos logrado lo imposible al separarnos de nuestro Creador; usado con menor frecuencia en el sentido popular del sueño físico, donde se enfatiza que no hay diferencia entre nuestros sueños al dormir por la noche y nuestros sueños "despiertos" durante el día.

Vea: Sueños.

SUEÑOS: El estado de la post-separación en el cual el Hijo de Dios sueña con un mundo de pecado, culpa y miedo y cree que ésta es la realidad y que el Cielo es el sueño; el Hijo, que es el soñador, es la causa del mundo el cual es el efecto, aun cuando esta relación entre causa y efecto parece que está invertida en este mundo, donde parece que nosotros somos el efecto o la víctima del mundo; ocasionalmente se usa para referirse a sueños en el sueño, aunque no hay diferencia real entre ellos y el soñar despierto, porque ambos son parte del mundo ilusorio de la percepción.

Vea: Sueño feliz y sueño (estar dormido)

SUEÑO FELIZ: La corrección que le hace el Espíritu Santo al sueño de dolor y sufrimiento del ego; aunque ilusorio aún, el sueño feliz nos conduce más allá de todas las otras ilusiones hacia la verdad; es el sueño de perdón en el cual se ve al fin el mundo real y se logra la salvación.

SUFRIMIENTO: Uno de los testigos básicos del ego para la realidad del cuerpo y de la inexistencia del espíritu, puesto que el cuerpo parece experimentar sufrimiento o dolor; tener dolor, por lo tanto, es negar a Dios, mientras que tener consciencia de nuestra verdadera invulnerabilidad como el Hijo de Dios es negar la realidad del dolor.

Nota: Sufrimiento y dolor se usan como virtuales sinónimos.

Vea: Enfermedad.

TENER-SER: Estado del Reino donde no existe distinción entre lo que tenemos y lo que somos; una expresión del principio de abundancia: todo lo que tenemos proviene de Dios y jamás puede perderse o necesitarse, y el cual incluye nuestra Identidad como Hijo Suyo; una parte integrante de las tres "Lecciones del Espíritu Santo."

TENTACIÓN: Vernos a nosotros mismos o a otros como egos o cuerpos, y negar nuestra verdadera Identidad como Cristo al desear hacer las ilusiones reales.

TIEMPO: Parte integrante del mundo ilusorio de la separación del ego, en contraste con la eternidad, la cual existe sólo en el Cielo; a pesar de que el tiempo parece ser lineal, el mismo está contenido en un instante diminuto que ya ha sido corregido y deshecho por el Espíritu Santo, y en verdad jamás ocurrió.

Mentalidad Errada: El medio para mantener el ego al preservar los pecados del pasado por medio de la culpa, la cual se proyecta al futuro por miedo al castigo, y pasa por alto el presente que es la aproximación más cercana a la eternidad.

Mentalidad Correcta: El medio para deshacer el ego al perdonar el pasado a través del instante santo, el instrumento de los milagros; cuando se complete el perdón, el mundo del tiempo habrá cumplido el propósito del Espíritu Santo y sencillamente desaparecerá.

TRAER LA OSCURIDAD (ILUSIONES) A LA LUZ (VERDAD): El proceso por medio del cual se deshace la negación y la disociación, al expresar la decisión de traer nuestra culpa hasta la luz del Espíritu Santo para mirarla y perdonarla, en vez de mantenerla, por temor, en la oscuridad de nuestras mentes inconscientes donde jamás puede verse y deshacerse; el vivir de ilusiones provoca enfermedad y dolor, el traerlas a la verdad constituye la curación y la salvación.

TRINIDAD: La unidad de Sus Niveles no se puede entender en este mundo; consiste de 1) Dios, el Padre y Creador, 2) Su Hijo, Cristo, nuestro verdadero Ser, Que incluye a nuestras creaciones y 3) el Espíritu Santo, la Voz por Dios.

UN CURSO DE MILAGROS: Frecuentemente el Curso se refiere a sí mismo; su meta no es el amor o Dios, sino el deshacimiento, a través del perdón, de las interferencias de la culpa y del miedo que impiden nuestra aceptación de El; su centro de interés, por lo tanto, es el ego y el deshacimiento de éste, más bien que Cristo o el espíritu.

“UNA PEQUEÑA DOSIS DE BUENA VOLUNTAD”: Esto, junto con el Espíritu Santo, es todo lo que requiere la Expiación; nuestro ego parece hacer imposible el deshacimiento de la culpa, y por nuestra cuenta sería imposible, pero la buena voluntad de perdonar permite que el Espíritu Santo la deshaga por nosotros; mirar nuestra culpa sin juzgarnos, o mirar nuestra culpa con el Espíritu Santo junto a nosotros.

UNIDAD (UNICIDAD):

Conocimiento: La realidad de Dios y Cristo, Cuya perfecta unidad constituye el Cielo.

Percepción: Se refleja en el mundo por medio del perdón, el deshacimiento de nuestra creencia en intereses separados; el unirnos con los demás, a través del deshacimiento de nuestros pensamientos de especialismo es sencillamente la aceptación de nuestra unidad (unicidad) inherente como el Hijo de Dios; el compartir este propósito del perdón es nuestra sola y única función, la cual refleja nuestra función de crear en el Cielo.

Vea: Mentalidad-uno.

UNIÓN: A pesar del sueño de separación, los Hijos de Dios permanecen unidos unos con otros como Cristo, y unidos con Dios en perfecta unidad; sin embargo, puesto que todos compartimos la ilusión de que estamos separados, primero debemos compartir la ilusión de unirnos unos con otros, lo cual refleja el proceso del perdón que ocurre en nuestras mentes; sólo entonces podemos despertar y recordar que ya estamos unidos; unirnos con Jesús o el Espíritu Santo es el pre-requisito para la unión con nuestros hermanos.

Nota: No debe confundirse con la unión externa.

VERDAD-ILUSIÓN: Algo es o verdadero o falso, realidad o ilusión; no puede haber componenda: o somos creados por Dios o hechos por el ego; este principio explica por qué no hay grados de dificultad en los milagros, puesto que todo lo que se necesita para sanar o para que ocurra el milagro es cambiar de las ilusiones del ego a la verdad del Espíritu Santo.

VISIÓN: La percepción de Cristo o del Espíritu Santo que mira más allá del cuerpo hacia el espíritu que es nuestra verdadera Identidad; la visión del perdón y de la impecabilidad a través de la cual se ve el mundo real; puramente interna, y refleja una decisión de aceptar la realidad en vez de juzgarla; un cambio de actitud del propósito que tiene el ego para el cuerpo (especialismo) al propósito del Espíritu Santo (perdón), por lo que no debe equipararse con la visión física.

VOLUNTAD DE DIOS: La expresión del ser de Dios, la cual sólo crea; aunque parece estar dividida por la separación y los deseos del ego, su integridad y su unidad con la voluntad de la Filiación permanece inalterada e intacta.

VOZ POR DIOS: Vea Espíritu Santo.

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Glosario de Términos
Abundancia:
Principio de plenitud que contrasta con el principio de escasez que el ego sostiene. El Hijo de Dios no carece de nada, salvo en sueños. El Hijo de Dios lo tiene todo al serlo todo, desde su Creación.
Aceptar la Expiación:
Aceptar la irrealidad de la separación, el pecado, la culpa y la enfermedad, siguiendo la aplicación del perdón de todas nuestras relaciones especiales de la mano del Espíritu Santo. Esta es nuestra única responsabilidad.
Altar:
La parte de la mente que elige a Dios. No es una estructura externa, es una actitud o devoción.
Amor:
La esencia del ser de Dios y de la relación con su creación, que es inmutable y eterna; está más allá de toda definición y de toda enseñanza, y sólo puede experimentarse o conocerse una vez eliminadas las barreras de la culpa a través del perdón genuino y verdadero, de la mano del Espíritu Santo.
Para Un Curso de Milagros, son sinónimo de Amor los conceptos de: Unión, Paz, Perdón, Confianza, Mansedumbre, Fe, Abundancia, Conocimiento, Generosidad, Honestidad, Salud.
Ángeles:
Extensiones del Pensamiento de Dios; símbolos de la luz y protección de Dios que siempre nos rodea, puesto que en verdad nosotros jamás nos hemos separado de Él; no deben confundirse con la idea popular de los seres celestiales, los cuales son inherentemente ilusorios.
Anti-Cristo:
Símbolo del ego y de la creencia de que existe un poder que puede oponerse a la omnipotencia de Dios y que puede negar la realidad de Cristo.
Ataque:
Intento de justificar la culpa proyectándola en los demás. Luego de proyectarla fuera de nosotros, al verla en otros, el ego nos persuade de atacarla con la esperanza de des-hacernos de ella. Lo cierto es que así solo logramos reforzarla en nuestro hermano y en nosotros, multiplicándola. También se relaciona con el “ataque” que creemos que Dios nos infligirá como efecto de haber usado la mente que nos otorgó, al servicio de la separación.

Brecha:
El espacio ilusorio que como producto de la idea de separación creemos que existe entre Dios y nosotros o entre nosotros y los demás. El cuerpo juega un papel fundamental en este espacio.
Causa y Efecto:
Uno depende del otro. Todo aquello que pensamos es causa y el efecto, el reflejo de dichos pensamientos en el plano material.
Damos así “origen” a la experiencia que vivimos (soñamos), como el efecto exacto, el testigo fiel, de aquellos pensamientos que previamente instalamos en la mente acerca de lo que somos. Dice Un Curso de Milagros: “toda decisión que tomas (efecto) es invariablemente la respuesta a la pregunta: ¿Quién es mi padre (causa)?”. Así veremos aparecer un mundo ante nuestros ojos que será el fiel reflejo de cómo hemos contestado esta pregunta.
“No hay pensamientos fútiles” nos dice Jesús en Un Curso de Milagros ya que todo pensamiento (causa) genera materialización (efecto), el mundo que vemos.
Por otra parte y basado en el mismo principio, en una lección del libro de ejercicios se nos recuerda: “sólo mis propios pensamientos, puede hacerme daño”, el pensamiento de percibirnos separados es el gran generador de toda nuestra experiencia de juicio, enfermedad, tristeza, pesar, carencia y sufrimiento.
La abundancia, la dicha, la felicidad, la salud, la paz interior (efecto) aparecen cuando corrijo mis pensamientos (causa) de separación a través de la aplicación del genuino y auténtico perdón, de la mano del Espíritu Santo.
Cielo:
El conocimiento. Donde mora Dios y su creación en perfecta unidad. Aquí en el mundo del sueño, de la ilusión, el Cielo se ve reflejado en la Relación Santa.
Comunicación:
Sinónimo de conocimiento, de creación, de nuestra relación unificada con Dios, la cual puede compararse con el fluir del espíritu y del amor. Sólo el espíritu puede comunicarse, contrario al ego que está separado por naturaleza.
Experimentamos comunicación en la mente recta a través del Espíritu Santo al convertirnos en un canal para la expresión del amor a través de nosotros.

Comunión:
La unión eterna Padre, Hijo y Espíritu Santo, que pareció romperse con la separación; la conciencia de esta unión del espíritu se restablece en nosotros a través de la relación santa; no debe confundirse con el significado católico tradicional del término, el cual recalca el compartir del cuerpo(no de la mente) de Jesús en la liturgia de la Eucaristía de la misa.
Conocimiento:
El Cielo o la Morada de Dios. Donde no existe la percepción. Donde no existe el juicio, ni es necesario el milagro, donde la fe no es necesaria. El estado pre – separación en el cual no hay diferencias de formas. No debe confundirse con el término común de conocimiento que involucra el dualismo donde el personaje o el sujeto, conoce y el objeto es conocido.
Creación:
La extensión del ser o espíritu de Dios, la Causa, que resultó en Su Hijo, el Efecto; se describe como le Primera Venida (el primer Advenimiento) de Cristo; la función del Hijo en el Cielo es crear, tal como fue la de Dios al crearlo a Él.
Creaciones:
La extensión de nuestro espíritu. Los efectos de nuestra capacidad creadora, análoga a la creación cuando Dios creó a Su Hijo al extenderse a Sí mismo; como extensiones de Cristo. Nuestras creaciones son parte de la Segunda Persona de la Trinidad; la creación sigue su curso en el Cielo, más allá del tiempo y del espacio, e independientemente de la falta de consciencia que de la misma tiene el Hijo en este mundo.
Cristo:
La Segunda Persona de la Trinidad; el único Hijo de Dios o la totalidad de la Filiación; el Ser que Dios creó por medio de la extensión de Su espíritu; aunque Cristo crea tal como lo hace Su Padre, Él no es el Padre, puesto que Dios fue Quien creó a Cristo.

Crucifixión:
Un símbolo del ataque del ego contra Dios y por lo tanto a su Hijo, el cual da testimonio de la “realidad” del sufrimiento, el sacrificio, la victimización y la muerte que el mundo parece manifestar.
La culpabilidad interna que se sintió en una época y que aún perdura por quienes permitieron y propiciaron la crucifixión de Jesús.
Ejemplo extremo que enseño que nuestra verdadera Identidad es el amor, que no está en el cuerpo y que jamás podrá ser destruida.
Hoy en día el mundo de la ilusión sigue rindiendo culto y culpándose de la crucifixión equivocando el mensaje que Jesús quiso dejar, sintiéndose responsable por un hecho que se tergiversa al creer que Dios envió a su amado Hijo para que fuera un redentor doliente por todos nuestros pecados y muriera por nosotros como una especia de “ofrenda” a un dios castigador, despiadado, enjuiciador y colérico. Sin duda una idea descabellada de principio a fin.
Cuerpo:
La encarnación del ego. El pensamiento de separación proyectado en el mundo de la materia. El testimonio de la culpabilidad que siente el Hijo de Dios por percibirse separado del Padre. Incluye el cuerpo físico y el psicológico.
A través del “mínimo de buena voluntad”, si se lo permitimos, el Espíritu Santo, el Gran Maestro, toma el cuerpo al igual que todo lo fabricado por el ego en este plano, y lo re-interpreta, convirtiéndole en un instrumento al servicio de la consecución de nuestra paz, sanándole y transformándole en una herramienta de comunicación con nuestros semejantes al servicio del Gran Plan de Dios.
Culpa:
Estado que surge al percibirnos pecadores. Es la suma de los sentimientos adversos que tenemos con relación a nosotros mismos. Es el sentimiento que surge al percibirnos lejos de casa, lejos del Padre. El sentimiento que nace como efecto de pensar que hemos traicionado, engañado y atacado a Dios.
Este pensamiento en ocasiones consciente y en otras no tanto, aflora como un sentimiento hacia nosotros de indignidad, de vulnerabilidad, de debilidad, de poca valía, de vacío interno y de no ser aptos.
Percibiéndonos culpables, tal y como nos lo hemos enseñado, nos creemos merecedores de castigo. Producto de esta percepción errónea, creyendo en la idea de culpa, salimos a la búsqueda de todo tipo de situaciones que den testimonio de que nuestro estado de culpabilidad es real, y así transformamos todas las situaciones en las que nos involucramos en el “merecido y justo” castigo a dicho estado, por supuesto ilusorio.

Curación:
La corrección en la mente de la creencia en la enfermedad que hace que la separación y el cuerpo permanezcan reales; el efecto de unirse con otro en una experiencia de auténtico perdón, lo cual cambia la percepción de cuerpos separados – la fuente de toda enfermedad – al propósito compartido de la curación en este mundo; puesto que la curación está basada en la creencia de que nuestra verdadera Identidad es el espíritu, no el cuerpo, la enfermedad de cualquier clase tiene que ser ilusoria, ya que sólo el cuerpo o el ego puede sufrir; la curación refleja de esta manera el principio de que no hay grados de dificultad en los milagros.

Dar/Recibir:
Son parte de la misma cosa toda vez que cuando damos es a nosotros mismos a quien damos. En contraposición con la idea del mundo de que al dar, “perdemos”, Un Curso de Milagros nos muestra que al ser todo una idea, un pensamiento, al dar, cuando el otro recibe y hace suyo ese pensamiento que compartimos, esa idea la reforzamos en él y en nosotros, y lejos de perder, multiplicamos lo que compartimos. La única forma de tener algo es dándolo.
Decisión:
La última libertad que nos queda como prisioneros de este mundo es nuestro poder de decisión; si bien no se conoce en el Cielo, donde nada hay que decidir, en este plano somos el “tomador de decisiones”. Debemos corregir la única decisión errónea: “percibirnos separados de Dios”. De esta decisión se fabricó todo el mundo tal como lo percibimos. Así como decidimos una cosa, percibirnos separados, podemos decidir nuevamente, de hecho a eso vinimos a esta experiencia llamada vida.
Defensas:
La dinámica que usamos para “protegernos” de nuestra culpa, nuestro miedo y del aparente ataque de los demás, lo más importante de esta dinámica son la negación y la proyección; por su naturaleza misma “las defensas dan lugar a lo que quieren defender” puesto que refuerzan la creencia de nuestra propia vulnerabilidad, aumentando así nuestro miedo y nuestra creencia de que necesitamos defensa.
Si se observa a través del Espíritu Santo, servirá como medio para saber que estamos ocultando y que área de la mente aun necesitan curación, o bien, la aplicación del verdadero perdón.

Despertar:
Cuando se menciona la separación, se menciona como un sueño del cual necesitamos despertar; la salvación, por lo tanto, consiste en escuchar al Espíritu Santo – la llamada a que despertemos – en nosotros mismos y en nuestros hermanos: de ese modo aceptamos la unidad de unos con otros, lo que propicia el des-hacimiento de la idea de separación que originó el sueño.
Demonio:
Una proyección del ego de la culpa hacia un agente externo.
Dicha (Felicidad, Júbilo, Gozo):
La Felicidad es la Voluntad de Dios para nosotros, la cual se logra a través del cumplimiento de nuestra función aquí en la tierra, perdonar.
Dios
La Primera persona de la Trinidad. El Padre, La fuente, La Maravillosa Energía Universal, el Creador, unida eternamente a su Hijo al que Creó a imagen y semejanza de una calidad de pensamiento idéntica.
Disociación:
Una defensa del ego. La idea de que estamos separados. El reforzamiento del miedo. El intento del ego de sostener y afirmar que existen dos sistemas de pensamiento diferentes.
Ego:
El personaje, el falso yo, la mente errada. La mente dividida del Hijo de Dios que se percibe separada del Padre. La “loca idea” que se coló en la poderosa mente del Hijo de Dios durante su sueño en la que piensa que puede ser su propio creador.
La idea de que al Hijo de Dios pueden sucederle cosas o situaciones, contrarias a su voluntad.
Como nada Eterno puede ser dividido ni separado, es simplemente una ilusión un sueño en la mente del Hijo de Dios que se percibe separado.

Enfermedad:
“Una defensa contra la verdad”. Ausencia de amor. Una búsqueda de respuestas, fuera. La división que el Hijo de Dios percibe en su mente al creer en la separación. Esta percepción de separación que se da en la mente, se proyecta al cuerpo.
La enfermedad que el cuerpo manifiesta no está en el cuerpo si no en la mente.
El cuerpo para Un Curso de Milagros como todo lo fabricado en el plano material, es neutro. Todo en este plano cobra “vida” según se le de utilidad a favor del ego o del Espíritu Santo. El ego al no poder acaparar toda a la mente, pues esta aun conserva el recuerdo de su verdadera identidad, se vale del cuerpo como herramienta para manifestar su culpabilidad y perpetuar el ataque al proyectar.
El Espíritu Santo por otra parte si se lo permitimos, al corregir la percepción a cerca de quienes somos, toma el cuerpo, lo pone al servicio del plan de sanación del Hijo de Dios borrando cualquier rastro, sin excepción, de enfermedad en el.
Espíritu:
La naturaleza de nuestro Ser. Nuestra esencia. Lo Eterno, lo inmutable, lo que nunca muere, lo que nos une al Todo del que somos parte. El resultado de haber sido creados a imagen y semejanza de nuestro Padre. Para Un Curso de Milagros es sinónimo de Pensamiento.
Espíritu Santo:
La Tercera Persona de la Trinidad. La respuesta de Dios a la idea de separación que surgió en la mente del Hijo durante el sueño. El Nexo, el Interlocutor, el Re-interprete, el Vínculo entre Padre e Hijo. La voz de Dios que habla por Él. El Espíritu Santo es el guía perfecto. Si se lo permitimos evaluará absolutamente todo lo que hagamos en el plano físico en función de cómo contribuye a nuestra paz y a nuestra felicidad. En virtud de dicha contribución lo conservará o simplemente le acercará luz y lo hará desaparecer. Evalúa todo bajo la misma premisa: “solo lo amoroso es real”.
Expiación:
Es el plan de corrección del Espíritu Santo para des-hacer el ego y sanar la creencia en la separación. Surgió con la creación del Espíritu Santo luego de la separación.
Expiar es des-hacer. El mundo de ilusión nos convoca en todo momento a hacer, a la acción. El Espíritu Santo nos convoca a no-hacer que es lo mismo que des-hacer la ilusión. Nuestra única responsabilidad como estudiantes de Un Curso de Milagros es aceptar la Expiación para nosotros mismos, es decir des-hacer el error de que estamos separados del Padre. Todo conflicto, todo desasosiego proviene de una idea equivocada de estar separados del Padre. Si Expiamos ese error, recobraremos nuestro estado natural de dicha, paz y armonía. La Expiación se vale del perdón para des-hacer la ilusión de separación que tanta culpabilidad nos ha generado.

Extensión:
Extender es compartir la visión del Espíritu Santo o de Cristo a través del perdón. El uso que el Espíritu Santo le da a la mente, en contraposición al uso que le da el ego mediante la proyección.

Fe:
La expresión de donde escogemos depositar nuestra confianza. Según donde la depositemos tendremos un resultado determinado. Si la depositamos en la ilusión veremos un mundo caótico de culpabilidad, de conflicto, enfermedad, carencia, conflicto. Si la depositamos en la verdad, veremos un mundo perdonado de abundancia, paz, dicha, armonía. No es que no tengamos fe es que en ocasiones generalmente no sabemos donde la depositamos.
Forma y contenido:
El ego trata de persuadirnos de que tenemos innumerables problemas. Para ello nos muestra un sin fin de formas detrás de las cuales según él se esconden todos nuestros problemas. Lo cierto es que el contenido de todos los problemas más allá de las formas es el mismo, la idea de separación.
El Espíritu Santo corrige todos nuestros aparentes problemas en el origen, en la mente, solucionándoles a todos con la misma ´”fórmula”: donde hay oscuridad, lleva luz, donde hay ausencia de amor, lleva amor mostrando que todos los problema son en realidad el mismo.
Gracia:
El estado natural del Hijo de Dios. El estado al que regresamos a través de la aplicación del debido perdón de todas y cada una de las situaciones que nos parecen suceder. Está por encima del aprendizaje ya que no se puede enseñar ni se puede aprender.
Gratitud:
Bendecir, agradecer, perdonar es lo mismo. El estado de agradecimiento al Padre por habernos creado perfectos una vez y para siempre. Gratitud por todas aquellas cosas o situaciones, que parecen sucedernos pues en ellas se halla la oportunidad de acordarnos de Él.
Hacer – Fabricar / Crear:
El Espíritu crea (no hace- acepta – conoce). El ego fabrica (juzga – mal crea – hace).
Hacer o mal crear, sólo conduce a más ilusiones. Fabricamos o “mal creamos” desde nuestra insuficiencia, desde nuestra carencia. Cuando fabricamos lo hacemos con la finalidad de llenar un vacío.
Crear, sólo ocurre en el plano del conocimiento no en el plano de tiempo y espacio.
Hijo de Dios:
La Segunda persona de la Trinidad. El Cristo que es nuestro verdadero Ser.
Humildad – Arrogancia:
La humildad es la mente recta, la cual reconoce su eterna dependencia de la mente de Dios. Reconoce a su vez haber sido creados a Imagen y Semejanzas, perfectos, eternos, invulnerables. Reconoce que nada absolutamente puede acontecernos en contra de nuestra voluntad, ni que hemos de carecer de nada salvo que así lo queramos.
La arrogancia por el contrario es la que dice que podemos tener limitaciones, falencias y que realmente lo que fue creado una vez y para siempre perfecto, pudo volverse imperfecto y limitado.
El ego dentro de su demencia confunde un concepto con el otro y nos asegura que no somos dignos de alcanzar y proveer la salvación.
Infierno:
La ilusión de un lugar de culpabilidad, muerte, desolación, enfermedad, carencia, sufrimiento, sacrificio, relaciones especiales. En lugar donde según el ego se nos castigará.
Instante Santo:
El instante donde el lugar de ver culpabilidad vemos perdón. Un instante donde en lugar de ver ataque, vemos pedido de amor, de ayuda.
Ilusión:
Algo que se cree que es real, pero no lo es. La idea de separación de Dios, es la ilusión sobre la que descansan todas las manifestaciones del mundo separado.

Inocencia:
Para el ego es la idea que asegura que, de ser nosotros inocentes, los demás han de ser culpables, pues la culpa ha de recaer en alguien. En su ceguera demencial, alguien tiene que perder para que yo gane. Nuestra inocencia estará asegurada si encontramos un “chivo expiatorio” sobre el que depositar nuestra culpabilidad, una víctima. No importa quién ocupe ese lugar.
Para el Espíritu Santo, nuestro estado inmutable en el que fuimos credos una vez y para siempre. Jamás hemos perdido la inocencia y más allá de lo que hagamos en el sueño, seguiremos eternamente siendo el Hijo de Dios bendito, impecable e inocente. Lo que hagamos en este plano no quita ni atribuye valor alguno a nuestra verdadera Identidad. Ese valor ya nos lo dio Dios.
Cristo nos asegura en Un Curso de Milagros que, pronto todos caminaremos con un único pensamiento en la mente: “El Hijo de Dios es inocente, el pecado no existe”.
Instante Santo:
Un intervalo fuera del tiempo en el cual escogemos el perdón en lugar del juicio, el milagro en lugar del agravio, el Espíritu Santo en lugar el ego. La expresión de nuestra pequeña dosis de buena voluntad de convocar a toda situación al Espíritu Santo, solicitando su intervención. La decisión de vivir el presente, el cual nos abre paso, a la eternidad en vez de aferrarnos al pasado y temerle al futuro.
Jesús:
La Primera persona, el “YO” del Curso de Milagros. Nuestro hermano, creado al igual que todos nosotros a imagen y semejanza del Padre. El hombre que venció al mundo y des-hizo al ego.
Sólo en el mundo del tiempo difiere de nosotros ya que no tiene ego. En el mundo de la eternidad es uno de nosotros. Integra junto a nosotros, la Filiación, la Mente del Hijo de Dios.
Es el “modelo a seguir” para Un Curso de Milagros ya que además de ser quien es, amorosamente nos muestra el camino, nos muestra que es posible un estado de consciencia del Ser UNO, con la fuente.
Es posible nos dice Cristo alcanzar el Cielo, y nos muestra el camino, al haber sido un hombre que culminó el proceso de Expiación.
Él es Quien amorosa y dulcemente nos acompaña en todo el trayecto de regreso a casa asegurándonos un final feliz.

Juicio Final:
El final de todas las ilusiones. La culminación del proceso de Expiación por parte del Hijo de Dios.
Justicia:
La corrección que hace el Espíritu Santo al vernos a todos exactamente iguales como Hijos de Dios, mostrándonos que todos sin excepción somos igualmente santos y amados para Dios. El final del sacrificio y la creencia de que la ganancia de unos es la pérdida de otros.
Libre albedrío:
Solo existe en el mundo de la ilusión, de las formas, donde aun entendemos que tenemos opciones y que debemos decidir. La decisión es pues, si actuar con el ego como guía o con el Espíritu Santo. En el Cielo es innecesario ya que hay una única voluntad, no hay nada que decidir.
Somos libres para creer lo que es la realidad, pero no somos libres para cambiarla. Nuestras creencias no afectan la realidad tal como Dios la creó, pero sí afectan aquello que creemos y experimentamos como la realidad.
Maestro de Dios:
Todos quienes optamos por aprender y enseñar la lección del perdón. Todos somos alumnos y maestros a la vez ya que estamos en constante aprendizaje, unos con otros. La decisión de dejar de ver intereses separados y de unirme a otro en el camino hacia el despertar. Ver que todos andamos en la misma búsqueda.
Todo aquello que enseñamos, que mostramos al mundo lo reforzamos en nosotros mismos. Todo aquello que enseñamos, es a nosotros mismos a quien lo enseñamos.
Al ser la vida diaria, la cotidianeidad nuestra gran salón de clases, a diario estamos desempeñando ambas funciones. Bastará con tener en todo momento presente la idea de: “que deseo aprender”, ya que eso es exactamente lo que debo enseñar.
Magia:
Cualquier cosa del mundo físico y de la materia que creemos que nos aportará una solución.
El intento de resolver un problema mental con algo físico.

Mente:
“El principio activo del espíritu el cual suministra la energía creativa, Sinónimo de Espíritu. El nivel donde se generan los pensamientos, donde se encuentra la conexión con el Padre. El nivel donde el Hijo de Dios es UNO. El nivel donde se encuentra la energía creadora.
Puede estar errada o correcta dependiendo a la voz que escuche.
Mente correcta:
La parte de nuestra mente que acepta sin interponer obstáculos ser guiada por el Espíritu Santo, que es consciente de cuál es nuestra verdadera Identidad, que sabe que no estamos solos nunca, menos al momento de tomar decisiones o de actuar y por ello apela a quien sabe perfectamente el recorrido del camino del amor, de regreso a casa y que nos lleva a un estado de paz, de dicha, de abundancia, de júbilo. La parte de la mente que nos alienta a dejarnos guiar, a escuchar, a no-hacer, a confiar. La mente que nos muestra un mundo de esperanza, de belleza, de unión.
Mente errada:
La parte de nuestra mente compulsiva que en todo momento nos insta a hacer, a vivir en permanente búsqueda para obtener siempre “más de algo”. La parte de la mente pensante que nos insta en todo momento a analizar, a dividir a intelectualizarlo todo a separar. La parte de nuestra mene que en todo momento apela al pasado en un intento de hacer del futuro una copia de dicho pasado salteándose el presente. La mente ego.
La mente que cree en el sueño, que cree en la división de lo eterno, que cree que todo lo sabe, que actúa por impulso, sin pedir asesoramiento, que entiende que todo depende de nosotros, que nos habla en todo momento de actuar, de acción, de hacer, de tomar decisiones. La parte de la mente que nos dice que somos “el centro del mundo”. La parte de la mente que nos habla de miedo, de carencia, de angustia, de enfermedades, de conflicto. La parte de la mente que nos muestra un mundo de desolación, de separación, de cuerpos divididos, de carencia y de muerte.

Mente UNO:
La mente de Dios, El Cristo, la Mente del Hijo de Dios, la Filiación.
La mente que trasciende la mente errada y la mente recta. Se halla en el nivel del conocimiento. Trasciende toda percepción.
Miedo:
Sentimiento ilusorio. El “cielo” que fabricó el Hijo de Dios con todo el poder de su mente, en oposición al cielo del Amor. Se originó en el sueño como respuesta al sentimiento de separación, de destierro, de auto-exilio, como respuesta a la sensación de haber perpetuado un supuesto ataque al Padre, de haberle ofendido, de haberle “fallado”. Es el resultado de la culpabilidad que siente el Hijo de Dios por esta supuesta separación y por la cual entiende que merece un debido castigo. El sentimiento que el mundo de la ilusión ha alimentado al sostener que la crucifixión de Cristo fue el “merecido” castigo del Padre ante los pecados de sus hijos.
Milagro:
El cambio de percepción que devuelve a nuestra mente la condición de causa. Un cambio de mentalidad que quita los obstáculos para que experimentemos la presencia del amor dentro nuestro, nuestra herencia natural. Mediante la aplicación del genuino y verdadero perdón y de la mano del Espíritu Santo, el milagro restituye la cordura a la mente des-haciendo toda ilusión de miedo, temor, enfermedad, carencia, llevándola a un plano de serenidad, armonía, paz y dicha. Mediante el milagro, las leyes del mundo se convierten en las leyes de Dios. Se logra al unirnos al Espíritu Santo o Jesús.
Muerte:
El abandono del cuerpo luego de que este ha culminado su función en este plano. Si se ha culminado el trabajo de perdón, el cuerpo se abandonará en paz reflejando este estado de la mente. De no ser así, la muerte reflejará el estado de una mente que lejos de haber terminado un trabajo y un aprendizaje, lo que busca es un escape en un intento demente de huir y no de perdonar. La mente que opta por ello, deberá regresar a esta experiencia a elegir de nuevo y seguir recordando o aprendiendo.

Mundo:
La materialización de la idea de separación. El hijo de Dios al percibir su mente dividida y separada del Padre, soñándose desterrado del Cielo, fabrica el mundo con el poder de su mente al servicio de dicho sueño. Allí da origen al tiempo y al espacio y a todo lo que tiene que ver con el plano de las formas y la materia, a todo lo que tiene que ver con lo perecedero. Fabrica la herramienta necesaria para ver, oler, sentir, oír, percibir, fabrica el cuerpo. Dios no crea el mundo físico, el mundo de lo perecedero un mundo de “vida” y “muerte”. Nada que no hable de eternidad, tiene que ver con lo que Dios crea. En nada de ello está la fuerza creadora de un Dios que sólo crea lo eterno. A través del Curso de Milagros, transformamos este mundo en el verdadero “salón de clases” donde podemos aplicar, de la mano del Espíritu Santo el auténtico perdón que nos permitirá Expiar, corregir nuestros errores y des-hacer la culpabilidad que venimos cargando. De la mano del Espíritu Santo, podemos transitar por este mundo en una actitud de aprendizaje continuo, y como menciona el Curso agradeciendo y bendiciendo cada situación vivida conscientes que el trascender dichas situaciones representa un avance en nuestro camino al Cielo.
Mundo Real:
El estado mental en que, por medio del perdón total, el mundo de la percepción se libera de la proyección de la culpa que habíamos volcado sobre él. Es la mente la que ha de cambiar, no el mundo.
El mundo que vemos es el que no es real. Pero el mundo que vemos no es el que Dios creó.
Negación:
Negar la existencia del cuerpo, negar la sensación de culpabilidad que sentimos. No es la propuesta del Curso de Milagros. Nos recuerda Un Curso de Milagros: “El soñador que duda de la realidad de su sueño mientras todavía está soñando no está realmente sanando su mente dividida”.

Oración:
Muy distinto a lo que el mundo conoce como oración. El Curso de Milagros sostiene que la única oración válida es la del perdón, considerando que ante cualquier evento que juzgamos como adverso, lo único valido es entregarlo al Espíritu Santo, pidiendo “ver esto de otra manera”. Así notaremos como entramos en un estado de aceptación sin juicio con respecto a aquello que nos había causando un trastorno en nuestra paz mental.
La verdadera oración nos dice Jesús en el Canto de la Oración, no es una súplica ni una petición. “No tendrá éxito hasta que no te des cuenta de que no pide nada. El secreto de la verdadera oración es olvidarte de las cosas que crees que necesitas”.
“Orar es hacerse a un lado; un abandonarse, un momento de sosegada escucha y amor”.
Paso final:
Este paso le pertenece a Dios, ocurre cuando la Expiación se ha consumado y todas las interferencias del ego se han eliminado; cuando no quede nada que nos separe de Dios. Él dará el paso final y nos alzará hacia Sí mismo; estrictamente hablando Dios no da pasos, y el término en realidad se refiere a nuestra experiencia de regresar a nuestra Fuente que jamás hemos abandonado.
Paz:
La meta del Curso de Milagros. La condición del logro del conocimiento y el regreso a casa; oculta por nuestra atracción al ataque (culpa), el dolor, la muerte y el miedo a Dios, los cuales se superan al enseñar y aprender el perdón.
Pecado:
La creencia en que la separación es real con todo lo que ella significa, ataque al Padre, engaño, destierro del Hijo. La creencia en un Dios “débil” que creó como producto de su amor a un Hijo, pero que no pudo evitar las consecuencias del ataque que dicho Hijo le infligió, motivo por el que debe castigarle y perseguirle severa y vehementemente con toda su fuerza.

Percepción:
Surge ante la idea de separación. Al separarnos de nuestra Fuente, de Dios, nos alejamos del Conocimiento. Fabricamos un cuerpo y le pusimos al servicio de dicha separación. Al no estar en el Conocimiento, debimos por nuestra cuenta, creyéndonos ser el Creador y no la creación, nombrar, definir, clasificar, etiquetar, juzgar. De esta forma surge la percepción.
Un Curso de Milagros nos propone pasar de una percepción errada, donde juzgamos todo por nuestra cuenta usando el cuerpo como herramienta, a una percepción correcta donde juzgamos todo a través del Espíritu Santo.
Percepción verdadera:
Ver todo a través de los ojos de Cristo, a través de los ojos de Dios o del Espíritu Santo. La visión del perdón que corrige la idea de separación. Es una actitud que des-hace las proyecciones de culpa y nos permite contemplar el mundo real.
Perdón:
Nuestra única función en este mundo. La manifestación más elevada del Amor, con la que de la mano del Espíritu Santo des-hacemos el error de percibirnos separados. Un Curso de Milagros sostiene que dar y recibir son la misma cosa, por lo tanto, ante un pedido de amor, ante todo miedo, el perdón que ofrecemos, al darlo, es siempre a nosotros mismos a quien lo damos.
Necesitamos para contrarrestar la supuesta culpabilidad que cargamos, este perdón. La única forma que tenemos de obtener dicho perdón es otorgándolo. Todo lo que vivimos como experiencia ha sido convocado por nuestro pensamiento, por lo tanto, perdonamos a los demás no por aquello que nos hicieron sino por aquello que nos hicimos nosotros mismos y ellos, “los otros”, sólo ejecutaron en respuesta a todo lo que no habíamos dicho acerca de nosotros previamente a que “nos hicieran” lo que nos hicieron.
El perdón es necesario únicamente en este plano de la ilusión. Podríamos decir que es una “ilusión santa” que contrarresta otra ilusión que es la culpa. Nada ha ocurrido en realidad más que en el sueño, por lo tanto de nada tenemos que perdonarnos. Pero mientras creamos que somos culpables, el perdón seguirá siendo necesario.

Principio de escasez:
La creencia en que estamos carentes de determinadas cosas, la creencia en necesidades.
El pensar que “factores externos” nos proporcionarán satisfacción a estas supuestas necesidades insatisfechas. Esto nos lleva a buscar ídolos, a buscar como dice Un Curso de Milagros, la paz y la felicidad en parajes extraños. El pensar que algo nos falta refuerza la idea de separación al creer que los demás pueden privarme de algo.
Proyección:
Ley fundamental de la mente. Lo que vemos dentro lo proyectamos fuera.
El mundo que vemos es el reflejo de la proyección de nuestra mente.
No hay nada fuera nuestro que no sea el reflejo de la idea que tenemos a cerca de quienes somos. Dicha idea se encuentra en la mente. Allí es donde a través de percibirnos culpables o inocentes, proyectamos “fuera“, un mundo que da testimonio de dicha percepción.
Razón:
Mentalidad recta. Pensar con el Espíritu Santo para elegir aprender sus lecciones de perdón. Ver impecabilidad y no pecado y escoger la visión y no el juicio.
Regalo:
Los regalos de Dios son el amor, la vida, eterna, la dicha, la abundancia, la plenitud.
Los del ego son la angustia, la enfermedad, el miedo, la carencia.
Los regalos del ego los debemos procurar a través de nuestro constante sacrificio y esfuerzo. Los regalos de Dios se nos otorgan a través del Espíritu Santo a través dejarle actuar y guiarnos. Son en este plano el perdón y la dicha.

Relación Santa:
La “arena” del Espíritu Santo.
Es lo que da especificidad al Curso de Milagros. El proceso se desarrolla completamente en el entorno de las relaciones. Toda relación donde vemos al otro como lo que realmente es, como un hermano.
En la Relación Santa, no vemos cuerpos, relaciones biológicas, edades, clases sociales, solo vemos hermanos, semejantes, iguales. Allí en la Relación Santa, Cristo aparece, nos unimos a la mente de nuestro hermano dando testimonio de unidad y no de separación. La Relación Santa es el ámbito de los Milagros.
Relaciones Especiales:
Toda relación donde percibimos niveles de amor. Es imposible que el amor entienda de niveles. Hay amor o no lo hay, pero no puede haber amor con unos y no con otros, o más amor y menos amor. La relación especial entiende que el amor es privativo, exclusivo, selectivo. El amor es absoluto, ilimitado y se da imparcialmente. En la relación especial lejos de extender amor, se priva de él, se cree en la escasez y se trae el miedo y los celos a la relación. La relación especial refuerza la idea de separación no la de unión. Hay dos tipos: Las relaciones especiales de odio y las relaciones especiales de amor. En las relaciones especiales de odio se proyecta toda la culpa y se perpetúa un ataque a dicha culpabilidad. En las relaciones especiales de amor, creemos en la carencia donde personas especiales, llenarán necesidades especiales, con atributos especiales que otros no tienen.
Resurrección:
El despertar del sueño de muerte del ego. El cambio de mente que nos permite identificarnos con nuestro verdadero Ser.
Revelación:
Un instante de comunicación plena con Dios. No es el objetivo de Un Curso de Milagros.

Sacrificio:
La creencia central del sistema de pensamiento del ego.
El ego nos enseña que todo debe costar, todo se logra con “sudor y lágrimas”.
Nada más lejos de la realidad. Nada que tenga que ver con nuestro verdadero Ser requiere esfuerzo ni sacrificio alguno. Dios no desea que su hijo viva en estado de plenitud y felicidad a costa de ningún sacrificio o sufrimiento. Dios no conoce nada de esto. La idea de sacrificio, es invención del Hijo durante el sueño. La voluntad del Padre es felicidad absoluta y duradera sin sacrificios. Por recibir lo que Dios desea para nosotros no debemos pagar ningún precio.
Salvación:
La Expiación, el des-hacer nuestros errores. De lo único que debemos ser “salvados” es de nuestra creencia de ser culpables y es lo logramos a través del perdón.
Sanación:
La corrección en la mente de la creencia de estar separados de Dios.
La enfermedad es una decisión que tomamos se da en la mente por lo tanto la sanación también se encuentra allí.
Segunda venida:
El recobrar consciencia de nuestra verdadera identidad.
Separación:
La creencia en el pecado de que hemos atacado a Dios, de que le hemos fallado y le hemos traicionado. La creencia de que se nos ha exiliado y desterrado del cielo.
La creencia de que somos un cuerpo deambulando en busca de una experiencia espiritual y no un espíritu unido eternamente a su Fuente en busca de una experiencia física.

Ser:
Nuestra verdadera identidad, unida eternamente a la Fuente que como producto de su inconmensurable amor le dio origen.
Sueño:
El estado en el cual el Hijo de Dios se percibe separado de su Padre. El nivel donde se fabricó el cuerpo, donde se dio origen a la percepción.
Donde se percibe como posible que lo eterno, lo invulnerable pueda cambiar.
El nivel donde el Hijo de Dios cree ser el Padre y no el Hijo, donde causa y efecto se invierten.
Tener / Ser:
El estado de plenitud donde al saber quiénes somos, reconocemos que lo tenemos todo.
El mundo del ego nos persuade y nos dice que cuanto más tenemos, más somos. Un Curso de Milagros nos recuerda que entre más conscientes somos de quienes somos, más conscientes nos hacemos de que todo lo tenemos.
Tiempo:
Elemento del mundo de la ilusión fabricado en contraposición con la eternidad.
Del tiempo hace uso el ego para perpetuar el pasado. Apela al pasado en todo momento para asegurarnos que el futuro será tan dramático como el pasado, salteándose el presente. El Espíritu Santo si se lo permitimos, como todo lo fabricado por el Hijo de Dios, hará uso del tiempo a favor de Dios y de la felicidad de su Hijo. Al des-hacer el error mediante el perdón se produce el milagro que es un verdadero colapso del tiempo, el tiempo parece paralizarse, todo es posible y damos paso al plano de todas las posibilidades, la eternidad.
Trinidad:
Dios el Padre, su Hijo Cristo, nuestra verdadera esencia, el verdadero Ser, y el Espíritu Santo, el nexo entre Padre e Hijo, el re-interprete, el vínculo eterno e indisoluble.